Imagina poder crear una conexión profunda con cualquier persona, desde un nuevo conocido hasta un viejo amigo. No necesitas nada que no tengas ya, porque el secreto está en la manera de comunicarnos. Una persona con alta inteligencia emocional siempre hace tres cosas que consiguen un mayor vínculo con su interlocutor, ya hablamos de un familiar, un amigo o una posible pareja.
Según explicaba a la CNBC la Dra. Jenny Woo, educadora formada en Harvard, investigadora de inteligencia emocional y fundadora y directora ejecutiva de Mind Brain Emotion, hay tres cambios sutiles que podemos hacer en la forma en que hablamos con otros para conseguir un mayor vínculo con ellos. La gente con más inteligencia emocional lo hace siempre.
Preguntan con el corazón e interesándose por las emociones de otros
Hay personas que tienen una capacidad innata para que las conversaciones fluyan y se mantenga el interés, pero el secreto está muy a la vista: sus preguntas se centran en conocer tus experiencias, pensamientos y sentimientos. Lo que hacen es evitar las preguntas cerradas, aquellas que se responden con un sí o un no, y buscan explorar de una forma más profunda. Te pongo un ejemplo sencillo. En lugar de preguntar a su pareja “¿Has tenido un buen día?“, lo que hacen es preguntarles qué es lo más emocionante que les ha pasado hoy. Otro ejemplo, si están hablando con alguien que no conocen y les menciona que le encanta viajar, ahondan en la conversación con una pregunta más profunda como "¿Cuál ha sido tu viaje más memorable?” y siguen con “¿Qué aprendiste de esa experiencia?". La persona con la que hablamos sentirá el interés genuino y nos conectaremos de una forma más profunda.
Woo explica que lo que consiguen con esto es conectarse “tanto a nivel intelectual como emocional. Pueden preguntarte sobre tus pasiones, tus momentos felices y tus puntos débiles”, y en ningún momento resulta incómodo ni invasivo si lo hacemos poco a poco. Si te cuesta empezar, prueba con un clásico que siempre funciona: “Cuéntame más”.
De una manera sutil, reflejan lo que tú haces
La doctora Woo asegura que “cuando un desconocido te resulta familiar y cercano al instante, puede ser porque te está imitando”. No haciendo de mimo e imitando tus movimientos, sino imitando sutilmente algunos movimientos, patrones de habla, tonos o gestos. Por ejemplo, cruzar las piernas cuando tú las has cruzado. Sonreír cuando sonríes. Bajar el tono de voz hasta acoplarlo con el tuyo.
Si pensamos en que parte de la inteligencia emocional consiste en leer las señales sociales de otras personas, no resulta descabellado pensar que las usan para conseguir relaciones más profundas. Woo asegura que “prestan mucha atención al tono, el ritmo y la elección de palabras, y reflejan esto en sus respuestas. Si hablas lentamente o con entusiasmo, es posible que ajusten el ritmo para que coincida con tus emociones. Del mismo modo, si te inclinas hacia delante o haces un gesto, es posible que hagan lo mismo”. Insistimos en que no es imitar, sino reflejar como un método para alinearse con el estilo de comunicación de otro.
Se muestran vulnerables
Además de usar el reflejo y hacer preguntas más profundas, son capaces de compartir sus errores y fracasos personales, es decir, no temen mostrarse vulnerables, algo que tienen en común las personas con más inteligencia emocional. Es más, cuando nos mostramos vulnerables conseguimos conexiones mucho más profundas según Woo. Te pongo un ejemplo, un amigo te cuenta que está estresado por el trabajo de fin de carrera. Puedes responder con un "entiendo lo que sientes. Recuerdo cuando tuve que presentar el mío y no podía dormir por las noches. ¿Qué te hace sentir más nervioso?" Al compartir una experiencia le haces saber que no está solo y validas sus emociones.
Si lo piensas, una persona que asume que sus errores no le definen es un ejemplo de inteligencia emocional. Si tienes seguridad emocional y confianza, sabrás que no ocurre nada por mostrar tus fracasos porque son una herramienta de aprendizaje. Todos hemos cometido errores y experimentado fracasos.
Al compartir nuestras propias vulnerabilidades, creamos un espacio seguro para que los demás hagan lo mismo. Esto fomenta la confianza y la conexión, ya que demuestra que eres humano y que valoras la autenticidad. Para Woo, representan “la autogestión y la resiliencia, dos rasgos clave de la inteligencia emocional”, y lo mejor es que al mostrarse vulnerable con otra persona, vuestro vínculo se fortalece. Garantizado.
Fotos | DISRUPTIVO en Unsplash, Joel Muniz en Unsplash
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