Dice el villancico de ‘La Marimorena’ que “en el Portal de Belén hay un hombre haciendo gachas, con la cuchara en la mano repartiendo a las muchachas”. Ahora lo que repartiría no son gachas sino un producto que se ha convertido en un clásico absoluto de las fiestas navideñas: langostinos. En realidad digo más, porque las gambas, los gambones, los carabineros y hasta las cigalas, copan las mesas de toda España. Pero la pregunta no es qué marisco comes, sino si chupas sus cabezas.
Habrá quien diga que es un manjar hacerlo (como es mi caso) y a quien ni se le pase por la cabeza. Pues esta vez la ciencia, concretamente la medicina, es quien tiene la respuesta correcta: mejor no chupes las cabezas de los langostinos. Ni de gambas, cigalas ni ningún crustáceo decápodo.
Chupar las cabezas de los langostinos y su peligro
El peligro de hacerlo es que nos sube el ácido úrico. El verdadero problema no está en que nos salga alta esta cifra en un análisis de sangre, sino que ese aumento en el ácido úrico está relacionado con la formación de cálculos renales, y estos, con los cólicos nefríticos en las vías urinarias. Como explican los urólogos de las clínicas del grupo Quirón, “el cólico nefrítico, cólico renal o cólico de riñón es una obstrucción de las vías urinarias causada principalmente por cálculos o piedras, que causa un dolor agudo en el costado, la cintura o en un lateral de la tripa”. Y con dolor agudo decimos mucho dolor. Hay quien incluso dice que es similar a los dolores de un parto.
![Debemos Evitar Al Comer Langostinos Segun Los Urologos](https://i.blogs.es/dfa419/debemos-evitar-al-comer-langostinos-segun-los-urologos/450_1000.jpeg)
El motivo por el que sube el ácido úrico son las purinas, unas moléculas orgánicas que son las encargadas de formar la adenina y la guanina y cuya degradación forma el ácido úrico. Desde la Clínica Universitaria de Navarra avisan que esas purinas, además, pueden proceder de ciertos alimentos “como las vísceras, algunos pescados azules, las carnes rojas y algunos vegetales” y que cuando se consumen, liberan esas purinas en sangre donde también son degradadas hasta ácido úrico. Cuando la concentración de ácido úrico supera ciertas cantidades, existe mayor riesgo de sufrir varias enfermedades como la gota y/o la artritis”, aseguran los expertos. Adivina dónde hay más purinas: en las cabezas de los crustáceos decápodos. Aunque estos mariscos contienen purinas en general, en sus cabezas es donde más cantidad de estas se concentran.
Además, en la cabeza se acumulan toxinas procedentes de las sustancias con las que se alimentan los mariscos, como mercurio y, sobre todo, cadmio como advierten desde Cuídate Plus donde añaden que “su absorción en el aparato digestivo es baja” y que tienden a “acumularse en el organismo, principalmente en el hígado y riñón, durante un tiempo estimado de 10-30 años“.
Evidentemente si sigues una dieta equilibrada y un día, pongamos en Nochevieja, chupas las cabezas de dos langostinos y dos gambas, es raro que vayas a tener un cólico nefrítico. eso sí, mejor prevenir que curar.
Fotos | blackieshoot en Unsplash, Amy W. en Unsplash
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