En España el teletrabajo a jornada completa ha crecido un 14,4%, y en jornada híbrida, un 37,5% según datos del Instituto Nacional de Estadística. Las empresas presionan para volver a las oficinas y España se sitúa entre los países con mayor resistencia de los empleados a regresar, ya que el 90% prefiere el trabajo remoto o híbrido. Sin embargo, y a pesar del crecimiento y el deseo de los trabajadores por una jornada en remoto, desde que se empezó a hablar de teletrabajo han surgido detractores (generalmente empresas) y defensores (generalmente empleados). Unos dicen que se pierde productividad, y otros que se gana en rendimiento. Pero hay algo en lo que nadie había pensado.
Cuando teletrabajar ahorras tiempo y gastos externos como el transporte, ropa o comida, porque comer fuera de casa es más caro que hacerlo en casa. Además, el teletrabajo nos permite una mayor conciliación familiar y en muchas ocasiones nos da la flexibilidad para gestionar el momento del día que trabajamos. Para las empresas, el teletrabajo disminuye la productividad, aunque hay estudios que demuestran lo contrario, y según algunos existen desigualdades en los puestos, ya que algunos tienen tareas que les exigen desplazarse físicamente a su lugar de trabajo y otros, que tienen tareas de oficina, pueden quedarse en casa, como lleva meses afirmando Elon Musk que asegura que el teletrabajo es “inmoral”.
Desigualdad entre teletrabajo y trabajo en oficina
Según un estudio británico realizado por economistas de la Universidad de Nottingham, la Universidad de Sheffield y el King's College de Londres entre 2018 y 2023, el trabajo híbrido no aumentaba la brecha salarial entre los trabajadores remotos y los empleados en la oficina. “El cambio al trabajo remoto no ha provocado ningún cambio significativo en la desigualdad general, sino más bien un aumento sustancial en la remuneración promedio en general”, escribieron los autores.
Para realizar el estudio, se analizaron los ingresos de personas que trabajan desde casa para averiguar el impacto financiero de los patrones laborales aplicados desde la pandemia de COVID-19. Las personas que trabajaban desde casa generalmente tenían una remuneración más alta que las personas obligadas a trabajar cara a cara pero no existe relación con el teletrabajo en sí, sino con la formación de los trabajadores. Los teletrabajadores tienden a ser aquellos con mayores niveles de educación y que trabajan en empleos mejor remunerados. Los empleados peor pagados suelen tener que ir a la oficina con el coste extra que eso supone.
Se vió además, que existió una diferencia salarial entre las ofertas de empleo que ofrecían la opción de teletrabajo y las que ofrecían una jornada 100% presencial o de trabajo híbrido. Los trabajadores que iban a la oficina, tuvieron mayores incrementos salariales como compensación por la falta de los beneficios del teletrabajo, y los empleados que podían teletrabajar tenían un incremento salarial entre un 2% y 7% más lento que el resto, lo que los investigadores consideraron una "penalización salarial significativa por el hecho de teletrabajar".
Pero, ¿les importa a los empleados?
El mismo estudio afirma que para muchos empleados que teletrabajan, los beneficios que ofrece esta forma de trabajar pueden compensar aumentos de sueldo más limitados, como por ejemplo que les permite llevar y recoger a los niños del colegio y eso aumenta la conciliación familiar. Quienes pueden mantener ese trabajo remoto ven justificada esa menor subida salarial. Es más, el análisis extrajo que los trabajadores renunciarían al 8,2% de su salario para trabajar desde casa dos o tres días a la semana, después de pedirles que informaran los costos asociados con el trabajo en la oficina, incluidos el transporte, la comida y la ropa.
Paul Mizen, vicedecano de King's Business School dijo a Bloomberg que “hay argumentos que sugieren que las empresas deberían alentar o incluso obligar a sus trabajadores a volver a la oficina, y se podría argumentar que si trabajar desde casa aumenta la desigualdad, es un argumento más para hacerlo”.
Fotos |Surja Sen Das Raj en Unsplash, Annie Spratt en Unsplash
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