Autoestima, valoración generalmente positiva de sí mismo. Una palabra con una definición tan sencilla en su forma según la RAE y que sin embargo, es uno de los conceptos más complicados en su fondo. La autoestima es un aspecto de la personalidad que hasta hace unos años pasaba desapercibido. Ahora, parece la piedra angular de nuestra vida, la llave para nuestra felicidad y la mejor fórmula para tener éxito en la vida.
William James mencionó por primera vez la autoestima en 1890 afirmando que esta dimensión no consiste solo en la “capacidad de querernos y respetarnos”. La autoestima no se trata solo de cómo te ves en el espejo. La psiquiatra Marian Rojas Estapé, sabe y afirma en uno de sus vídeos de YouTube que abarca “lo físico, lo mental, lo social e incluso lo familiar” porque es un concepto “extenso y multifacético”. Si tu autoestima no está bien cimentada y la forma en que te comunicas contigo mismo no es positiva, tenemos un problema. Con ayuda de la Dra. Rojas Estapé, vamos a solucionarlo porque solo necesitas entrenar tu mente para arreglarlo.
Cómo entrenar la mente usando la reestructuración cognitiva
Una persona con autoestima no es alguien que no tenga desafíos en la vida, ni problemas. Ni siquiera es alguien que no sufre. Esto, de hecho, sería ir en contra de la vida misma porque al igual que existen emociones negativas y positivas, existen experiencias negativas y positivas en la vida, tengas o no una autoestima cuidada. La experta asegura que más bien es “alguien consciente de sus inseguridades y debilidades, pero que se esfuerza por superarlas”.
Para conseguirlo y tal y como explica la psiquiatra, la mejor aliada es una mente entrenada en la que trabajemos la reestructuración cognitiva. Usándola podemos moldear nuestra mente para cambiar nuestro diálogo interno y siguiendo solo tres pasos:
Detectar pensamientos negativos arraigados
Vamos a poner un ejemplo que quizá te suene. Acabas de tener una bronca en el trabajo. Has discutido con tu madre y el día se te está poniendo en contra. Piensas “no hago nada bien”. Cuando nos llega este pensamiento negativo (y que no es verdad), lo primero según la doctora es identificarlo como un pensamiento negativo. Ese pensamiento es una distorsión.
Cuestionar su validez
“Una mente que no se cuestiona puede seguir con patrones negativos que bajan la autoestima”, explica. Ya sabemos que ese pensamiento no debería tener hueco en nuestra mente, así que para que deje de ocupar espacio vamos a cuestionar la validez de dicho pensamiento preguntándonos si esa afirmación es realmente cierta. Vamos a cuestionarnos. ¿De verdad no hago nada bien? ¿Cuántas veces en el pasado he tenido éxito? Eso es lo que tenemos que recordar a nuestro cerebro cuando esa voz nos lance el pensamiento negativo. Nuestros éxitos y la sensación de haberlo conseguido servirá como escudo, como explica la experta. De esta forma, le darás un giro a esos pensamientos transformándolos en un impulso.
Sustituirlos por perspectivas más positivas y realistas
Lo último que tenemos que hacer es cambiar el pensamiento por uno más equilibrado y mucho más realista como “Acepto mis errores con amor”, porque no solo tenemos que ser comprensivos con otros sino también con nosotros mismos, o “comprendo que la perfección no existe pero el progreso sí”. Esta frase nos ayuda a huir de ese perfeccionismo tóxico que provoca la dismorfia de la productividad, por ejemplo. Y la última que propone la doctora: “Me valoro por mi esfuerzo y dedicación, no solo por los resultados”, porque al igual que la felicidad no es una meta como nos explica Arthur C. Brooks, nuestro valor no nos lo da los resultados que obtenemos.
Fotos | Leohoho en Unsplash, Naeem Ad en Unsplash
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