Si alguna vez te has preguntado cómo es vivir en una auténtica aldea marinera, tienes que conocer El Jablito. Este pequeño pueblo pesquero de Fuerteventura es tan diminuto que siempre pasa desapercibido por los turistas, así que se ha convertido en el escondite ideal para los que buscan alejarse del bullicio y la masificación. Toma nota, porque tiene tanto encanto que parece una postal.
Ubicado en la costa este de la isla, El Jablito es un pintoresco pueblo pesquero, caracterizado por sus casitas pintadas de blanco y azul y sus barcas amarradas en la bahía. No vas a necesitar mapa, en poco más de 10 minutos puedes recorrerlo entero, pero te aseguro que vas a querer quedarte todo el día.
Su entorno natural es todo un paraíso, con una playa de arena blanca enmarcada entre riscos de rocas volcánicas. De frente, el océano Atlántico y a tus espaldas la imponente Montaña Roja. Ni siquiera está asfaltado el propio pueblo, pero tiene un parking de tierra al lado para poder dejar el coche y recorrerlo a pie.
Esta aldea marinera está construida en una bahía natural que la protege de las fuertes mareas y oleaje, por lo que es un lugar ideal para bañarse toda la familia. De hecho, es uno de los rincones favoritos de los majoreros y residentes de la isla, porque el mar está como un plato y es muy fácil practicar kayak, pesca o incluso buceo, con muchos sargos, viejas, cangrejos araña, fulas y angelotes en su fondo marino.
En un paseo por las calles de arena de El Jablito podrás ver restos de una de las primeras casas, perteneciente a los Chinchas y levantada en 1780. También hay una pista de bola canaria, un parque infantil, chiringuito y horno tradicional incluido, y una emotiva escultura dedicada a Lola, vecina muy querida, que falleció hace ya unos años.
Uno de los rincones más curiosos de El Jablito es su pequeña ermita construida dentro de una barca de pesca y colocada en lo alto de las rocas, como si hubiera encallado. Está dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre, cuya imagen se encuentra protegida en el interior de la cabina de la barca, en altares de conchas.
Además, todo el casco está pintado en azul, amarillo y blanco, los colores de la bandera canaria. Aunque no es una gran catedral, su encanto marinero te atrapará. Esta virgen está directamente relacionada con Cuba, pero los inmigrantes cubanos del siglo XX la importaron con ellos.
Este pueblito es un lugar de recogimiento para los pescadores locales, que, por cierto, es lo que más verás por aquí. La vida en El Jablito gira en torno al mar y a la pesca, y en cada rincón sentirás esa conexión con la naturaleza y el océano que define a este lugar.
El ambiente aquí es relajado y el tiempo se detiene por completo. Los pescadores van y vienen, y es común ver a niños saltando del risco al agua y a gente sentada en las rocas, caña en mano, disfrutando de la tarde mientras esperan su próxima captura. Aquí es fácil contagiarse de esta tranquilidad y desconectar por completo del estrés del día a día.
Fotos | @visit_corralejo, Go Fuerteventura, Fuerteventura Activa.
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