La sexualidad humana es un campo fascinante que a menudo plantea preguntas sobre situaciones inusuales. Uno de estos fenómenos es una condición raramente documentada pero conocida en la literatura médica y cultural, que ocurre cuando el pene queda atrapado en la vagina durante la relación sexual y la pareja no puede separarse temporalmente, a este suceso se le conoce como Penis captivus.
Literalmente traducido como 'pene atrapado', aunque el término puede parecer sacado de un mito urbano, esta situación se puede producir cuando se cumplen con ciertas características fisiológicas reales, además, tiene una estrecha relación con la condición del vaginismo en las mujeres.
Para que suceda el fenómeno del Penis captivus, es necesario que los músculos del suelo pélvico femenino, específicamente los que rodean la vagina, se contraigan de manera intensa e involuntaria, atrapando el pene del compañero sexual. Esta contracción dificulta o impide la separación de la pareja por un breve período de tiempo cuando el pene del hombre todavía está en estado de erección.
Aunque el fenómeno suena alarmante, generalmente no representa un peligro médico grave y suele resolverse por sí solo después de unos minutos. Los casos documentados de penis captivus son extremadamente raros y, en la mayoría de ellos, no hay necesidad de intervención médica inmediata.
Como lo comentó en su momento la sexóloga Valérie Tasso para el programa 'Para todos la 2': "Hay varios tipos: el vaginismo primario que es la imposibilidad de no haber mantenido jamás coito y que se nota cuando las niñas tienen su primera menstruación, ya que no pueden utilizar un tampax. Y luego está el secundario, que son mujeres que han tenido relaciones o niños sin dificultad, pero que aparece este fenómeno donde es imposible tener una penetración".
¿Cómo se relaciona con el vaginismo?
El vaginismo es un trastorno caracterizado por la contracción involuntaria de los músculos que rodean la entrada vaginal, lo que puede hacer que la penetración sea difícil, dolorosa o incluso imposible.
Aunque ambos fenómenos comparten la participación de contracciones musculares vaginales, existen diferencias clave.
En el vaginismo, las contracciones musculares ocurren como una respuesta de reflejo condicionado, a menudo asociada con factores emocionales, psicológicos o de dolor. Además, esta condición puede estar relacionada con traumas previos (como ataques sexuales o violaciones), ansiedad o incluso condiciones médicas.
Por otro lado, en el caso de padecer de un capítulo de penis captivus, la contracción muscular ocurre mientras la penetración ya está en curso y suele ser episódica. Por otro lado, se puede derivar de una respuesta fisiológica aislada al orgasmo, donde los músculos del suelo pélvico se contraen intensamente.
El penis captivus es un fenómeno curioso que ilustra la complejidad del cuerpo humano y su respuesta a estímulos sexuales. Aunque comparte ciertos elementos con el vaginismo, es una condición diferente tanto en origen como en impacto.
Ambas situaciones subrayan la importancia de la comunicación abierta entre las parejas y la consulta con especialistas cuando surgen dificultades sexuales, lo que hace que comprender estas experiencias desde una perspectiva fisiológica y psicológica permita abordar los desafíos de manera saludable y sin tabúes.
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