Hay épocas en las que nos cuesta más conciliar el sueño que otras. Ya sea por el estrés, el ajetreo del día a día o un problema que no deja de rondar una y otra vez por nuestra mente. Sabemos que dormir bien es algo crucial para nuestra salud, pero los datos de las personas que no lo hacen no dejan de alarmarnos, y es que según la Sociedad Española de Neurología, más de 12 millones en nuestro país no descansa lo suficiente y más de 4 millones padece algún tipo de trastorno del sueño crónico y grave.
Si eres de las que últimamente no deja de dar vueltas en la cama, puede que lo que necesites poner en práctica sea una técnica de relajación. Muchas veces no somos capaces de dormirnos por culpa de los nervios, por ello el método 4-7-8, desarrollado por el médico Andrew Weil e inspirado en el yoga, podría servirte de gran ayuda para conectar tu mente y tu cuerpo y centrarte en llegar a un estado de relajación. Y es que la respiración controlada, según indica la ciencia, sería un must para ayudarnos a calmar los efectos del estrés y la ansiedad.
El paso a paso de la técnica 4-7-8
Antes de poner en marcha esta técnica, debemos de tener en cuenta que iremos mejorando en ella con el paso del tiempo. Seguirla un par de veces y frustrarnos porque no conseguimos el objetivo que queremos, solo hará que, en lugar de relajarnos, nuestro cuerpo se altere más, complicándonos la conciliación del sueño. Una vez que tenemos esto en mente ya podemos ponernos manos a la obra.
Tumbadas en la cama, desde una posición cómoda, pegamos la punta de la lengua a nuestro paladar, justo detrás de los dientes de la parte superior y mantenemos esa posición durante todo el ejercicio. Desde ahí, colocamos la boca como si fuésemos a soplar una pajita y soltamos todo el aire que tenemos en los pulmones. Una vez ha sido expulsado, cerramos la boca e inhalamos de forma profunda por la nariz durante cuatro segundos. Pasado ese tiempo aguantamos la respiración unos 7 segundos y volvemos al punto de inicio, expulsando el aire por la boca durante 8 segundos.
Podemos hacer este ejercicio las veces que queramos, aunque los expertos de Vitónica apuestan por empezar con unas cuatro o cinco. Tras el ejercicio, nuestro cuerpo estará más relajado, ya que durante todo ese tiempo hemos estado concentrados únicamente en nuestra respiración, sin espacio para todos esos pensamientos intrusivos que pueden dificultarnos la conciliación del sueño. Yo, desde que la he puesto en práctica, me duermo en cuestión de minutos.
Fotos | Polina Kovaleva en Pexels, Marcus Aurelius en Pexels
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