Anabel Palomares
Editor¿Qué significa “malcriar” a un niño? Según la RAE, es “educar mal (a un niño) mimándo(lo) en exceso y permitiéndo(le) hacer todo lo que quiere. Es un poco más complejo que esta definición, pero nos sirve para aproximarnos al concepto. Los expertos de Rincón de la Psicología aseguran que los niños malcriados muestran “una actitud prepotente, demandante y egocéntrica” que les impide “relacionarse de manera asertiva con los demás”.
Pero el comportamiento malcriado no es solo que los niños crean tener derecho a todo y sus padres cedan. Según explicaba la experta en crianza Reem Raouda en la CNCB, “se trata de necesidades emocionales no satisfechas, límites inconsistentes y una falta de conexión”. Y es algo aprendido. La experta asegura que hay cinco señales que nos indican que nuestro hijo está teniendo un comportamiento malcriado, pero una vez los identifiquemos, pueden revertirse y corregirse. Si la respuesta a estas preguntas es sí, es hora de hacer algo
¿A tu hijo le cuesta entender el “no”?
Para un niño escuchar el “no” puede ser complicado de entender. Como bien afirma Raouda, un niño puede oponerse a las reglas “no porque sean difíciles, sino porque los límites poco claros le resultan confusos y frustrantes”. Es decir, no entienden el por qué detrás de la negativa de sus padres, lo que tiene una fácil solución. En lugar de decir “no hagas esto”, Rouda aconseja acompañar esa negativa de una validación emocional.
El neuropsicólogo Álvaro Bilbao asegura que enseñar límites y normas de forma positiva es tan importante como el hecho de darles afecto y seguridad. Y se puede hacer a la vez, estableciendo límites y brindando seguridad emocional al mismo tiempo. Podemos decirle “veo que estás enfadado porque te gustaría seguir jugando, pero es hora de irse a dormir”. Para Rouda, “los límites establecidos con amabilidad enseñan que las reglas no se tratan de control, sino de confianza y seguridad”.
¿Busca atención constantemente?
La exigencia de una atención constante “suele ser señal de desconexión emocional o incertidumbre sobre su lugar en la familia”, en palabras de Rouda. Es una forma en la que el niño trata de hacernos ver que no siente su vínculo seguro y necesita más. En este punto, puede que tengamos que pensar en el tiempo que compartimos con él. ¿Es un tiempo de calidad o es solo tiempo que pasa?
Mireia Carrera, psicóloga infantil, aseguraba en El País que “estar con los peques todo el día no es pasar tiempo de calidad. Acompañar a tu hijo al cole y decirle lo mucho que te gusta estar con él, que te cuente algo que le importe y que toda tu atención solo esté en lo que dice, es tiempo de calidad”. Es ese tiempo el que tenemos que buscar para que el vínculo se fortalezca. Reserva entre 10 y 20 minutos cada día para que exista un tiempo de calidad con tu hijo. “Cuando los niños se sienten emocionalmente seguros, su necesidad de validación constante se desvanece”, asegura Rouda en la CNBC.
¿Tiene rabietas para conseguir lo que quiere?
Aliza Pressman, psicóloga del desarrollo, explica su libro ‘The 5 Principles of Parenting’ que los padres que usan la inteligencia emocional durante situaciones estresantes y aparentemente descontroladas como una rabieta, consiguen enseñar al niño a autorregularse, porque una rabieta es justo eso, una incapacidad para controlar sus emociones.
Para conseguir revertir esta situación y calmar una rabieta, podemos empezar por mantener la calma como padres y usar de nuevo la validación. Reconocer sus sentimientos y ayudarle a gestionarlos. Rouda afirma que “los niños aprenden a regular sus emociones a través de la conexión, no del control”, por lo que regañarle por ello sería un error.
No es agradecido
Si un niño recibe regalos en lugar de cariño, puede sentirse “ignorado, desconectado o impotente”. Y es que darle todo lo que pide está llenando el vaso equivocado. Cuando los niños reciben todo lo que piden constantemente en lugar de una conexión emocional, “se debilita su capacidad de apreciar lo que realmente importa”, explica Rouda. Estamos dándole juguetes cuando lo que quiere es cariño. La experta asegura que la gratitud surge de la conexión, así que la solución es justo esa: conectaros. Podéis compartir experiencias para “que los niños sientan que pertenecen, contribuyen y son valorados”.
¿No quiere hacer nada en casa?
El pediatra estadounidense Jonathan Williams, asegura que el mejor hábito para criar niños felices es involucrarles en las tareas del hogar desde que son pequeños. Si un niño se niega a limpiar, evita hacer los deberes o se da por vencido fácilmente en muchas ocasiones no es por la dificultad de las tareas, sino porque como padres les hemos podido proteger demasiado y hemos evitado que se enfrentaran a los desafíos.
Cuando dejamos que se enfrenten a desafíos, los niños desarrollan resiliencia y son más capaces de regular sus emociones, recuperarse de los fracasos y perdonarse por cometer errores. Podemos alentarlos haciendo cosas con ellos en casa, como por ejemplo colocar la compra en la nevera, hacer la cena juntos o recoger la mesa. Rouda nos recuerda en este punto que es importante “celebrar sus esfuerzos, no solo los resultados”, ya que es la forma de que los niños desarrollen autoconfianza y “se sientan capaces y apoyados”.
Nota: algunos de los enlaces de este artículo son afiliados y pueden reportar un beneficio a Trendencias.
Fotos | Harry Potter, Charlie y la fábrica de chocolate
En Trendencias | Estos son los 24 tipos de sexualidades y orientaciones que existen
En Trendencias | 110 adivinanzas originales con respuesta incluida
En Trendencias | Sónar 2025: todos los conciertos, entradas y horarios confirmados.
Ver 0 comentarios