Anabel Palomares
EditorSi crees que tus hijos no se dan cuenta de todo lo que pasa en casa siento quitarte la venda de los ojos porque lo hacen. Y se dan cuenta de cosas que ni siquiera nosotros mismos sabemos que pasan. La forma en la que hablamos con otras personas, lo que decimos, cómo nos comportamos, los sentimientos que tenemos… Y va más allá de nuestras interacciones con ellos, porque los niños observan todo lo que ocurre a su alrededor. Estos comportamientos son percibidos por tus hijos aunque creas que no te ven.
Tus verdaderos valores
Tenemos que entender que, aunque le digamos algo a nuestro hijo, nuestro comportamiento le resulta mucho más revelador. La psicóloga clínica Laura Markham afirmaba en HuffPost que “los niños aprenden valores observando su comportamiento y luego sacando conclusiones sobre lo que creen que es importante”. Esto influye en la creación del sistema de valores de un niño, y si queremos que sean unos buenos valores no solo debemos hablar de ellos, sino aplicarlos en el día a día. Si le hablamos al niño de generosidad pero percibe en nosotros egoísmo, el mensaje cala en ellos es el segundo.
Tu relación con la comida
“Hoy me he portado bien, me he comido una ensalada en el trabajo”. “Necesito un helado, he tenido un día horrible”. “Mañana tengo que hacer sesión doble en el gimnasio porque hoy me he pasado”. Los niños ven nuestros hábitos alimenticios y perciben nuestra forma de hablar sobre la comida. Y esos comentarios que parecen inocentes, en realidad están dando una imagen errónea de lo que es la comida. Etiquetar alimentos como buenos o malos, saltarse comidas o expresar culpa por comer, son comportamientos que los niños ven e internalizan sin que nos demos cuenta.
La nutricionista pediátrica Rebeca Pastor asegura que los niños con rechazo a la comida tienen, al menos, un padre que también es selectivo, y añade que “muchos padres demandan que sus hijos consuman algo que ellos no toman” cuando predicar con el ejemplo es la mejor forma de enseñarles. Si nosotros tenemos una relación sana con la comida, es más probable que nuestros hijos también la tengan.
Tu falta de autocompasión
¿Crees que tu hijo no escucha desde su habitación cuando hablas en voz alta? Si tu autoconversación es negativa e incluye frases como “no hago nada bien”, “soy tonta” o “qué boba estoy”, tus hijos lo oyen. Cuando ellos cometen un error tu les abrazas, validas sus sentimientos y les dices que un error no les define. Pero no practicas la autocompasión, eres muy exigente contigo misma y ven cómo manejas los errores.
Si como adultos nos mostramos amables con nosotros mismos, admitimos nuestros errores y aprendemos de ellos, estamos enseñando a los niños que equivocarse es una oportunidad de aprender y desarrollando su resiliencia según los expertos.
Cómo te sientes con respecto a tu cuerpo
Los niños “pueden percibir acciones sutiles, y no tan sutiles, y sacar conclusiones sobre los cuerpos”, como declaró al HuffPost la dietista Alyssa Miller que añadía que “aprenden qué se considera bueno y malo, deseable e indeseable”. Se dan cuenta de cómo me mueves en ropa interior, cuando vais a la playa y hasta si evitas mirarte al espejo. “Los adultos enseñan constantemente a los niños cómo ver su propio cuerpo a través de sus acciones cotidianas porque ningún bebé ni niño pequeño se avergüenza de su barriga, sus muslos o su altura hasta que escucha comentarios o ve a alguien sentirse inseguro al respecto”.
La forma en que te relacionas con otras personas
La psicóloga Liliana Guerra explicaba en Bebés y más que los niños son especialmente sensibles al lenguaje no verbal, ya que las expresiones son las que dan el significado a las palabras. Tus hijos ven cómo pones los ojos en blanco cuando discutes con tu pareja, ven cómo te alejas durante un conflicto o cómo se expresa tu cuerpo cuando estás con alguien que no te cae bien. Los niños ven e interpretan esas y son capaces de captar críticas o comentarios negativos sobre otra persona incluso cuando intentas disimularlas o cuando aseguras que es una broma. Si esas relaciones no son saludables, puede que tu hijo aprenda de forma errónea a relacionarse como refleja la teoría del apego.
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