La decoración navideña es, cada vez, menos tradicional y más divertida. Y no hablamos de algo chiquito como pasar del Belén y apostar por un pueblo navideño sino de actualizar el concepto de árbol de Navidad. Ni espumillón ni bolas rojas y doradas, las tendencias dictan que lo que ahora se lleva es pensar fuera de la caja y personalizar al máximo nuestras casas para las fiestas. Una forma de entender la ambientación navideña que es mucho más juguetona e interesante que simplemente desempolvar la misma caja de todos los años con los adornos de siempre.
Aunque, hasta ahora, la decoración navideña estaba completamente dominada por colores brillantes y estridentes como el rojo, el plateado y el dorado, y además parecía imposible que eso fuera a cambiar, ha sucedido. Lo tradicional ha quedado desfasado y lo que ahora prefieren muchos es apostar para un toque más dulce con tonos suaves y mucha fantasía.
En especial, esta Navidad veremos muchos tonos rosados, verde menta, lila y hasta azul bebé, que se complementarán con diseños que evocan golosinas, helados, galletas y otros dulces. Un concepto renovado y fresco de la decoración navideña que viene marcado por un espíritu muy generación zeta.
No obstante, lejos de ser cursi o ñoño, el objetivo que tiene esta mezcla de colores y elementos es inspirar emociones positivas como la alegría y que nos conecte de nuevo con una forma de entender la Navidad menos rígida y más cercana a la diversión de la infancia, cuando la creatividad y la imaginación eran los protagonistas y no los compromisos ni las formalidades.
¿Qué incluir en la nueva decoración navideña?
Dicho esto, si tú también quieres darle un lavado de cara a la Navidad este año, pero no sabes por dónde empezar. Aquí tienes una pequeña guía para dar los primeros pasos y obtener unas primeras ideas que, a su vez, inspiren otras.
Cintas en tonos pastel: Las guirnaldas de toda la vida en dorado o rojo han pasado a mejor vida. Ahora son las cintas las que juegan un papel fundamental en la decoración de Navidad. En especial, aquellas satinadas en tonos suaves. Puedes envolver el árbol con ellas o añadir pequeños lazos en las ramas para darle un toque más sofisticado.
Coronas de "caramelos": Adiós coronas de ramas, piñas y hojas. Las coronas de esta tendencia se hacen de materiales como fieltro o resina, imitando galletas y gominolas. Colocarlas en puertas y ventanas ayuda a crear un ambiente dulce a la vez que acogedor.
Iluminación suave: Para resaltar los colores pastel, las luces cálidas y suaves son las mejores. Optar por luces de color blanco o amarillo tenue permite que los colores de los adornos destaquen y se mantenga esa esencia de Navidad mágica.
Centros de mesa y figuras de fantasía: No hay que centrarse tanto en el árbol que nos olvidemos de otros rincones del hogar. Los centros de mesa son una buena forma de extender el color y la alegría a otras zonas. Estos pueden incluir figuras de renos o muñecos de nieve pero siempre en tonos pastel y acompañados de mini pasteles o bastones de caramelo decorativos, también en colores suaves.
Luces con forma de dulces: Las tradicionales (e imprescindibles) luces de navidad se transforman también en elementos con forma de dulces. Además de darle mucha vida al árbol, estos adornos llenan le dan una personalidad única que enamora tanto para adultos como a los más pequeños del hogar.
Foto de portada | Ionela Mat
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