En un tiempo muuuuuy lejano, Iñaki Urdangarin lucía palmito en los actos institucionales, se codeaba con la nobleza y tenía una silla reservada en la mesa de la Casa Real. Su matrimonio con la infanta Cristina lo convirtió en un personaje público, pero su vinculación con el Caso Nóos y su affaire con Ainhoa Armentia provocaron su destierro royal.
Hace algo más de dos décadas, en los años dorados del ex duque de Palma, éste, al igual que la infanta, jugaron un papel esencial en que la relación entre Felipe y Letizia saliera a flote. Me refiero al momento en el que los últimos comenzaban a verse a las espaldas de los medios de comunicación.
Tal y como apuntan medios como 'Mujer Hoy', el matrimonio les prestó a los novios clandestinos un piso que disponían en Barcelona para que pudieran citarse sin que nadie les pillara. Dicho medio asegura que Urdangarin se transformó en un confidente para Ortiz ya que ambos venían de fuera y él la aconsejó sobre la familia real.
Recordemos que fue Iñaki el que le regaló el anillo de pedida a los padres de la princesa Leonor. La joya estaba valorada en 3.000 euros y Ortiz se deshizo de ella cuando el escándalo aterrizó sobre Urdangarin, puesto que, según la publicación mencionada, la pagó con una tarjeta Nóos.
Fotos | Gtres
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