Después de alguna que otra mala experiencia con los paseadores de Roy (así se llama mi media naranja perruna), decidí probar con una aplicación y ahora estoy encantada.
Soy una mujer ocupada. Vale, quizás exagero un poco. Pero hoy en día, lo normal es tener una jornada de trabajo de nueve a seis y eso te impide pasear a tu mascota a medio día. Si ya, además, eres como yo y sumas el gimnasio, las clases de inglés y algún que otro plan de tardeo, la semana se te complica muchísimo. No me malentendáis, me encanta pasar tiempo con mi perro y salimos juntos religiosamente cada mañana y cada noche cuando vuelvo a casa, pero el paseo del medio día es otra historia. Me es imposible.
Por eso, durante nuestra larga vida juntos (llevo un montón de años viviendo sola con él) siempre he contado con alguien para ayudarme con esta salida a la calle. Y a pesar de que durante años me sirvió eso de confiar en la hija de los vecinos o una chica del barrio, al mudarme de casa hace poco tuve una muy mala experiencia. Me enteré de que dicha persona me estaba engañando y que mi perrito no salía las horas que debía de salir. Por eso, desde entonces estuve buscando opciones que me hicieran recuperar esa confianza y tranquilidad perdida. Rover ha sido mi salvación.
Rover (antes Dogbuddy) es una aplicación que ofrece servicios de cuidado y paseos de perros. Lo que hace es algo similar a Blablacar o Airbnb, pone en contacto a una persona que ofrece un servicio y a otra que lo necesita. Con la peculiaridad de que el servicio en esta ocasión es cuidar del miembro más peludo de la familia. Y a mi lo que más me ha gustado de ella es que me da tranquilidad. Si tienes mascota me entenderás.
Así funciona Rover
Lo primero que debes saber si quieres conocer esta app un poco más es que ofrece cuatro tipo de servicios para los dueños: alojamiento de perros, paseo de perros, guardería de día y cuidado a domicilio o visitas a domicilio. Yo uso el de paseos. Está estipulado que estos duran media hora, por lo que si quieres que el paseador esté más tiempo con el perro, deberías contratar dos al día.
Para empezar, debes hacer un perfil de tu mascota. En él te hacen preguntas que luego serán visibles para los cuidadores como: ¿tiene microchip?, ¿está esterilizado?, ¿se lleva bien con niños?, ¿se lleva bien con perros?, su horario de paseos y comidas y, lo que más me gusta a mi, su información veterinaria y Hospital Veterinario.
A continuación, seleccionas el servicio que deseas contratar, las fechas y la ubicación y la aplicación automáticamente te muestra una selección de cuidadores. Cada cuidador potencial indica el precio al que cobra cada servicio y los días que tiene disponibles y, la aplicación te muestra también la distancia a la que vive y sus reseñas y valoración.
Antes de contratar a alguien puedes hablar con esa persona mediante chat e incluso, como hice yo, quedar con ella para conoceros antes si eres más inseguro. Y, para contratarla, debes enviar una solicitud de fechas para que la apruebe. A continuación, ya puedes pasar a la confirmación final.
Desde el momento que envías al paseador la solicitud de fechas, la aplicación te indica cuánto te va a costar el servicio (al precio del paseo le suma una tarifa de servicio Rover) y, cuando lo aceptas finalmente se te carga ese dinero a la tarjeta que hayas indicado. Yo pago 6 euros por paseo y 18 euros de tarifa de servicio por veinte paseos.
El primer paseo que contraté mediante la app tuvo descuento. Tienen un descuento para usuarios nuevos que está muy bien para lanzarte y perder el miedo.
Lo mejor de Rover
Un punto positivo de la app es que te hace participe de todo el servicio. Me explico, cuando el cuidador recoge a tu perro te avisa de ello y también lo hace cuando lo deja de nuevo en casa. Es más, después de cada paseo te muestra un resumen en el que aparece un mapa del recorrido que ha hecho el paseador con tu mascota y una fotografía.
A mi particularmente, esto me encanta. Siento más cerca a "mi bebé" y es muy cómodo poder gestionar todo a través del móvil. Al fin y al cabo, lo que sí que soy es una persona que está siempre conectada. Si uso mi teléfono móvil para ver cómo de bien ha limpiado la Roomba hoy mi piso, ¿por qué no usarlo también para saber cómo ha pasado el día mi mascota?.
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