La realidad virtual se ha propuesto reinventar la forma en la que se consume el lujo, especialmente, entre los más jóvenes. Para ello, las marcas han encontrado en los videojuegos el mejor aliado, ya que se trata de un mercado en auge en el que sus usuarios están dispuestos a invertir dinero real para comprar objetos virtuales, lo que incluye ropa.
Hace poco, Burberry lanzaba en su página web su primer videojuego: B Bounce, en el que sus chaquetas acolchadas eran las protagonistas y entre cuyas recompensas se incluían versiones virtuales de dicha prenda para vestir al ciervo protagonista. Incluso era posible llevarse una pieza real de la colección para aquellos que lograran llegar hasta el final.
No obstante, con esta iniciativa, no fueron ni mucho menos la primera firma de moda en hacer una incursión similar en el mundo de los videojuegos. Un precedente muy importante lo encontramos en Louis Vuitton, que no solo es patrocinador del campeonato del mundo del popular League of Legends sino que el propio Nicolas Ghesquière ha diseñado tres complementos virtuales que los jugadores van a poder adquirir con puntos del evento.
Se trata de una riñonera, unos pendientes y unos guantes, además, con un diseño muy similar a tres productos reales del catálogo de la firma francesa. Aunque en esta primera alianza de Louis Vuiton con LoL comprar con dinero real estos complementos virtuales todavía no es posible, hay una marca que este mismo año ya ha probado la que podría acabar convirtiéndose en una nueva tendencia a la hora de consumir moda.
En primavera, se presentaba Moschino X Los Sims, una colección de la firma italiana que se compone de prendas y accesorios de edición limitada inspirados en el videojuego y que se podían adquirir, tanto de forma material, como virtual en las versiones de Los Sims 4, Los Sims Móvil y Los Sims FreePlay.
Ahora, una app que se acaba de lanzar en China y que llegará a occidente a principios de 2020, ha convertido este concepto en un juego en sí mismo con el que todas aquellas personas que no puedan permitirse invertir 600 euros en un camisa de Prada podrán, al menos, tenerla en su versión virtual.
Se llama Ada y su principal objetivo es captar nuevos consumidores de lujo: especialmente, adolescentes, mujeres gamers (que dominan la demográfica de jugadores de videojuegos en el móvil) y cualquier persona cuyos ingresos no le hayan permitido, hasta ahora, formar parte de este sector.
Sus creadores describen la app como "un nuevo laboratorio de moda para una selección muy selecta de marcas" y que aúna en mismo canal lo que hasta ahora se venía haciendo a través de tres diferentes: página webs, e-commerce y redes sociales. Dior, Gucci, Prada, Armani, Balmain, Miu Miu, Christopher Kane, Mary Katrantzou, entre otras marcas de primer nivel, ya han firmado con Ada.
Comprar items virtuales con dinero real es una práctica común en videojuegos de todo tipo. No obstante, también existen precedentes similares al formato de Ada que permiten augurar que podría convertirse en todo un fenómeno. Uno de los más importantes para móvil es Covet Fashion, que consiste en vestir a una modelo virtual y que el año pasado generó más de 53 millones de dólares en ventas, aunque una parte de esa cifra vino de la publicidad.
Andy Ku, uno de los creadores de Ada, ya hizo una prueba con una plataforma de un estilo parecido, aunque más rudimentaria y enfocada al mundo de las redes sociales, con la que pudo constatar que los usuarios se gastaban 83 dolares de media al mes en vestir a sus avatares. Aunque los usuarios que más invertían podían llegar a gastar hasta 10.000 dólares.
Lo primero que los usuarios ven al acceder a la app es una página de inicio en la que se ofrece la última información sobre las marcas que participan. Accediendo a la parte divertida, aparece un avatar en 3D de ti mismo en una habitación. que también es customizable.
El espacio contiene muebles y otros elementos decorativos que también se pueden comprar a medida que se avanza en el juego. Y, por supuesto, en el armario se guardan todas las prendas que se vayan adquiriendo y con las que se juega a crear diferentes outfits.
Las prendas son recreaciones meticulosas de ropa de las últimas colecciones de marcas como las nombradas anteriormente. El nivel de detalle es tal que el juego incluso tiene en cuenta cómo se comporta cada material con el movimiento o a la hora de reflejar la luz y los simula de manera muy fiel.
Este último aspecto parece haber sido el detalle definitivo que ha convencido a las marcas para embarcarse en el proyecto. Además, para los que quieran pasar a lo real con algún producto, también se incluye link para poder comprar fácilmente.
La idea es que todo se parezca lo máximo posible a la realidad y que, de cada prenda virtual, solo se disponga del mismo número de unidades que existen en stock físico. Esto trasladará al juego el factor de exclusividad, generando así un mercado secundario en el que los usuarios pueden ganar dinero virtual alquilando su ropa.
En el aspecto social, es posible chatear con otros usuarios, teletransportar los avatares a la habitación de sus amigos, hacerles regalos o tomar selfies. Además, también se podrán visitar boutiques, que las marcas pagarán por mantener dentro de la app como si estuvieran alquilando un local en la vida real.
Otro aspecto divertido es que es posible crear looks para celebrities recreadas en el juego como, por ejemplo Alexa Chung. También está previsto que se organicen competiciones con el objetivo, por ejemplo, de crear el outfit más elegante usando solo prendas de la nueva colección de Dior.
En principio, esto se premiará con dinero del juego pero la idea es que, en algún momento, se puedan establecer puentes entre el mundo virtual y el real con entradas VIP para eventos de moda en el lugar de residencia de los ganadores. Sin embargo, más allá de las ya mencionadas, no hay disponibles muchas más funciones, y es que la moda pura y dura es el centro del juego.
Si Internet y, en particular, las redes sociales han hecho del lujo algo visible para todos, con Ada sus creadores defienden estar democratizándolo y convirtiéndolo en algo que todos podamos tener, aunque sea en la nube. Al fin y al cabo, como ha declarado el propio Andy Ku en una entrevista con How To Spend it: "es más fácil encontrar mil personas dispuestas a pagar un dólar por una camiseta virtual de Valentino que encontrar una persona que pueda permitirse gastarse 1.000 dólares en una real".
Fotos | Ada, Moschino y Louis Vuitton.