Así es el Castillo del Buen Amor en Salamanca: la escapada perfecta para disfrutar de un finde a dos horas de Madrid

No falta nada para que llegue la primavera, y con ella, las ganas de hacer escapadas a sitios bonitos que nos ayuden a romper con la rutina y a vivir experiencias diferentes. Y si estás buscando un destino diferente para pasar un finde o unos días de desconexión y olvidarte del trabajo, de la rutina diaria o de cuidar a los nietos, hoy te traemos una escapada ideal para disfrutar a lo grande.

En la provincia de Salamanca, a dos horas y veinte desde Madrid, se encuentra el Castillo del Buen Amor. Esta fortaleza militar del siglo XI reconvertida en hotel fue construida para salvar la retaguardia de la Reconquista, y en origen estuvo al servicio de la Casa de Alba. Posteriormente, el castillo perteneció a los Reyes Católicos, quienes lo utilizaron como avituallamiento de sus tropas antes de la toma de Toro en la guerra de sucesión de Isabel de Castilla frente a Juana la Beltraneja.

Una historia ligada al obispo de Ávila y a su amante

El nombre de Buen Amor proviene del siglo XV, cuando el obispo de Ávila Alonso de Fonseca decidió que la castidad no era tan importante pese a su sacerdocio, y reformó el castillo de Villanueva del Cañedo para reconvertirlo en una lujosa residencia para vivir lejos de las habladurías junto a su amante, Teresa de las Cuevas.

Los hijos de la pareja fueron legitimados por los Reyes Católicos, y el primogénito del obispo y de su amante, Gutierre, fue el primer Señor de Villanueva de Cañedo. Siglos después, la familia Fernández de Trocóniz decidió rehabilitar la finca para convertirla en una posada rural rodeada  de jardines y viñedos que nos traslada al pasado, aunque con todas las comodidades del siglo XXI.

Una posada rural cerca de Salamanca

Al castillo se accede desde una pista de tierra que permite descubrir al fondo los imponentes muros de esta fortaleza de muros de piedra rodeados de un foso, construido ante la falta de una orografía defensiva en el entorno. Tras atravesar el portón rematado por el escudo de los Fonseca, nos espera una recepción repleta de piezas antiguas que sirven de anticipo a lo que nos espera por toda la fortaleza.

Patios, escaleras y hasta un torreón con unas vistas increíbles del entorno o una biblioteca con elegantes tapices conforman este conjunto arquitectónico reconvertido en hotel, al que no le falta ni un laberinto ni una coqueta piscina construida en el foso de este castillo que acoge un total de cuarenta habitaciones y suites, cada una con su personalidad.

En el restaurante, situado en las antiguas caballerizas, sirven cocina tradicional castellana para comer y cenar, con platos elaborados y guisos a fuego lento elaborados con productos cercanos de Km 0.

Además, a tan solo 20 minutos del Castillo del Buen Amor se encuentra Salamanca, una ciudad repleta de sitios de interés para visitar. Desde su monumental Plaza Mayor a la Catedral, pasando por la Casa de las Conchas o la Universidad de Salamanca.

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