“El sexo sin amor es una experiencia vacía pero, como experiencia vacía, es de las mejores”, asegura Woody Allen. “Si no tienes sexo con alguien que realmente cuide de ti o que te quiera, el sexo sin amor puede arruinar tu energía”, rebate Lady Gaga. ¿Y tú, crees en el sexo con o sin amor?
Una auténtica dicotomía. ¿Acaso no podrían ser las dos igual de válidas? Si tuviésemos que elegir, la lógica diría que el que incluye más cosas, ¿no?. Y, en este caso, el sexo con amor ganaría por goleada... Pero ya sabemos que en temas de sexo y sentimientos todo es más que subjetivo.
Por eso, en este artículo analizamos los pros y contras de ambos y descubrimos (si es que es posible) cuál de los dos es de mejor calidad:
Sexo sin amor
La realidad es que cada día son más las personas que buscan una vida sexual activa sin necesidad de encontrar una pareja estable. Una novedosa forma de vivir a la que cada vez tenemos más acceso gracias a aplicaciones que están a la orden del día. Y es que ya sea por los nuevos tiempos, el miedo al compromiso, por falta de tiempo, por evitar comprometerse con determinadas situaciones… cada vez rechazamos más la idea de compartir una vida con alguien. Y lo dicen las estadísticas del INE en España, donde el 25% del total de los hogares es unipersonal.
"No necesitamos tener pareja para sentirnos completos o realizados", explica Francisca Molero, directora del Instituto Iberoamericano de Sexología y codirectora del Institut de Sexología de Barcelona.
“¿Por qué el sexo siempre tiene que traer emociones? Es un acto físico, como jugar al tenis”, reflexiona Dylan, el personaje que interpreta Justin Timberlake en ‘Con derecho a roce’. Si aún no has visto esta película y quieres sentirte identificada, te diré que en esta cinta sus protagonistas huyen del sexo con amor porque sólo les trae complicaciones. Sin embargo, la táctica se convierte en un fracaso y terminan (cuidado, spoiler) enamorándose.
¿Somos capaces de tener relaciones sexuales sin ataduras emocionales? La psicóloga Elena García Vega nos asegura que "con madurez suficiente, es posible. La clave está en saber cuidar de una misma". "El sexo casual es perfecto para experimentar cosas nuevas", añade.
Dentro del sexo sin amor es importante diferenciar entre el sexo ocasional (con un desconocido) y el sexo sin compromiso en el que se mezcla cierto afecto (un amigo, un compañero de trabajo… lo socialmente conocido como ‘amigos con derecho a roce’).
¿Pros y contras del sexo ocasional? Surje la duda de si, al ser sexo sin ningún tipo de vínculo/afecto la otra persona sólo se interese en su propia satisfacción. Sin embargo, este tipo de encuentros tienen un punto de excitación mayor. Conocemos menos a la otra persona, todo nos parece relativamente nuevo y nos sentimos con mayor energía. “El sistema dopaminérgico se activa por conductas que dan placer y también por la novedad”, afirma el psicólogo y sexólogo Antoni Bolinches. De ahí la necesidad de que, en el sexo CON amor sea necesario y recomendado “introducir novedades en la vida sexual en pareja”.
El sexo con cierto afecto nos permite explorar más en lo que nos gusta o no, repetir siempre que queramos y nos sube la autoestima. El problema es si te ocurre como en la película y terminas dando rienda suelta a tus sentimientos.
El sexo sin amor, tal y como apunta la experta Sylvia de Béjar, y en cualquiera de sus dos vertientes, nos permite concentrarnos exclusivamente en la búsqueda de placer, que al fin y al cabo es una de las dimensiones esenciales del sexo (placentera y liberadora para todo el mundo y sin distinciones).
“Desafortunadamente si esta búsqueda de placer proviene de una mujer, muchas veces está mal visto, debido a factores estrictamente culturales. El hombre machista, inseguro por definición, no permite la expresión sexual de la mujer porque le genera miedo y siente que pierde el control”, explica el sexólogo Ezequiel López Peralta.
En un estudio realizado por la académica y autora británica Anne Campbell, de la Universidad de Durham (Inglaterra), ocho de cada diez hombres disfruta del sexo ocasional a diferencia de las mujeres, que son cinco de cada diez. ¿Por qué este dato? Es cierto que ha pasado más de una década pero la cosa no ha cambiado tanto. ¿Sigue estando peor vista la promiscuidad en las mujeres que en los hombres?
Pero el sexo sin amor también puede provocar estrés, depresión, e incluso despertar algunas de nuestras más grandes inseguridades. La psicóloga R. Botín sostiene que este tipo de relaciones (en general, aún siguen estando mal vistas socialmente) pueden tocar las zonas más profundas de nuestra personalidad. Y podría darse el caso de que la persona llegue a sentirse más triste o vacía. Por eso, asegura que es fundamental una buena comunicación para establecer los límites de la relación.
Por otro lado, y volviendo a los puntos positivos, al tratarse de encuentros muy concretos vivimos más en el momento, sin pensar en el futuro y dejándonos llevar exclusivamente por la situación sexual que tenemos delante. Nos hace sentir vivos. ¿Acaso existe algo mejor?
Sexo con amor
Realmente podríamos dividirlo en dos: sexo durante el enamoramiento y sexo con amor. Porque, desgraciadamente, no es lo mismo. “Sin duda, el mejor es el sexo en la fase de enamoramiento. Es el que prefiere, creo yo, la mayoría de la gente”, explica Antoni Bolinches, psicólogo clínico, terapeuta y autor de obras como ‘Amor al segundo intento’ (2007) o ‘Sexo sabio’ (2001).
¿Hay algo mejor que el sexo durante la primera fase de una relación? Las primeras citas, los primeros contactos, los primeros polvos… Cuando dos personas se descubren el uno al otro (incluso a sí mismos).
¿No te ha pasado que estabas cerrada en banda a explorar determinadas posturas y de repente sin pensarlo con esta persona te sale de forma sistemática? Todo es prácticamente perfecto y tiene ese punto de novedad que también incluye el sexo sin amor, con la diferencia de que te sientes mucho más feliz, plena, relajada…
La parte negativa es que, como todo en la vida, se acaba. Así lo afirma un estudio hecho por Relate, organismo no gubernamental que estudia las relaciones de pareja en Gran Bretaña, que encontró que a los cinco años de convivencia se produce un gran desplome en la satisfacción sexual. Y es entonces cuando comienzan a activarse las alarmas. Es un secreto a voces: el mayor enemigo del sexo con amor es la rutina, el sexo repetitivo. ¿Sabías que el sexo en la pareja representa más del 60% del bienestar del vínculo?
Por eso es tan necesario comunicarse, esforzarse por mantener viva la llama e introducir novedades en nuestra vida sexual (como juguetes eróticos, nuevas posturas, ver porno...).
“El sexo es importante. Salvo que seas una asceta cuyo crecimiento espiritual pasa por la abstinencia (y eso también es materia discutible), estar satisfecha no debería ser el último punto de una larga lista de reivindicaciones femeninas. Y si renuncias a vivir con plenitud tu sexualidad, renuncias a una parte esencial de ti misma”, asegura Sylvia de Béjar, especialista en sexualidad y relaciones de pareja.
Como conclusión, todo se reduce a lo que busquemos en ese momento, cómo seamos y, en definitiva, a que encontremos nuestra propia manera de disfrutar en la cama. Para gustos, los colores. Y recuerda: no hay una manera de vivir, cada uno debe encontrar la que más le satisfaga.
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