Imagina estar en una peluquería, con una estilista recortando tus puntas a golpe de tijera. Puede que mientras estés mirando Instagram, ajeno a lo que ocurre en tu pelo. O puede que el sonido del filo segando el cabello te produzca una sensación casi orgásmica que te recorre la columna vertebral. Si eso ocurre, no estás solo ni eres raro. Se llama ASMR y miles de personas lo disfrutan vía redes sociales, convirtiéndose en un fenómeno placentero viral.
¿Qué es el ASMR?
No existe consenso al respecto, ya que la ciencia aún no ha conseguido comprender el origen de este fenómeno. Sin embargo, los que disfrutan de este "superpoder" afirman tener una sensación de hormigueo en la cabeza y cuero cabelludo. Una tensión en la parte de atrás de la garganta que baja como un espasmo por la columna vertebral y se extiende por la piel como un cosquilleo placentero. El documental Internet y el nuevo periodismo de Netflix así lo recoge.
Científicamente, esta especie de orgasmo cerebral sin contenido sexual se conoce como Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma. Hace unos años era totalmente desconocida y los que la experimentaban creían que estaban solos en el mundo. Pero una de las magias de Internet es conectar gustos, por particulares, minoritarios o extraños que puedan parecer.
Este no es el caso del la Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, una experiencia totalmente desconocida para los que no pueden sentirla pero ya extendida a nivel mundial gracias a Youtube, con miles de personas reconociendo tenerla. La red social se ha inundado de vídeos ASMR, en los que el sonido es el protagonista y responsable de despertar sensaciones intensas en los espectadores, personales y diferentes para cada uno.
¿Qué tipo de estímulos provocan este "orgasmo cerebral"?
Este gustoso cosquilleo es tan particular como lo que nos gusta en el sexo. Es decir, que a cada persona con ASMR se lo propicia una experiencia auditiva o visual diferente. Sin embargo, los vídeos enfocados a producir la respuesta tienen patrones comunes, según los estudios. "Están casi siempre protagonizados por susurros, sonidos rítmicos, roces o audios repetitivos grabados con sonido binaural, para percibirlo en 3D como si fuera real."
Así, tenemos vídeos para todos los gustos. Desde roces en superficies rugosas, tijeras cortando papel, jabón o maquillaje; filos atravesando gomaespuma, un lápiz sobre una hoja, una aguja rasgando sobre un disco de vinilo o una persona susurrando. Todos ellos muy diferentes entre sí con un objetivo común, el de provocar esa experiencia placentera de unos segundos de duración que deja al espectador con ganas de más.
¿Cómo nace el ASMR?
Esta reacción ha existido desde siempre, pero debe su popularidad y su consenso como fenómeno global a las redes sociales. Concretamente al blog Steady Health, donde un usuario describió por primera vez esa sensación en 2007:
"Tengo una sensación a veces para la que no hay un detonante concreto. Me ocurre de forma aleatoria desde que era un niño. Lo siento en mi cabeza y en todo mi cuerpo. Si algo empieza a picarme mientras lo estoy experimentando no me rasco, porque el picor intensifica el placer. Lo mismo ocurre cuando paso mis dedos por la piel. A veces hasta me lloran los ojos. ¿Qué es? No me quejo porque me encanta, pero me pregunto que puede ser."
Miles de usuarios respondieron a este comentario, sintiéndose identificados con la sensación. Sin saberlo, formaron parte de la creación del fenómeno ASMR. A raíz de ello surgieron debates, estudios y plataformas centradas en esta respuesta sensorial. En cuestión de un año ya había un canal de Youtube especializado, llamado Whispering Life. Solo fue el inicio. En la actualidad existen cientos de perfiles en social media que buscan despertar este hormigueo a golpe de vídeos.
¿Es el ASMR una reacción sexual?
Como decíamos anteriormente, la ausencia de estudios científicos que puedan explicar con eficacia esta reacción hace imposible saber si el ASMR activa las mismas áreas cerebrales que los orgasmos de toda la vida. Sin embargo, los privilegiados que lo experimentan hablan más de un placer relajante y se alejan de las connotaciones sexuales. Algo que no ha impedido que países como China prohíban sus vídeos.
La comunidad científica está confusa
A pesar de llevar ya más de 10 años creciendo en redes sociales, el hecho de que no todo el mundo pueda sentirlo complica sus estudios. En el documental de Netflix Internet y el nuevo periodismo podemos ser conscientes de su alcance, sirviendo incluso de vía de escape para pacientes con ansiedad y estrés. Algo que tiene muy confuso a psicólogos e investigadores.
Algunos trabajos universitarios que tratan de explicar el ASMR afirman que procede de una relación primitiva con nuestro origen primate, siendo una reacción placentera similar a la que sienten estos mamíferos cuando se acicalan y asean los unos a los otros. Otros, como el de la Universidad de Swansea, reconocen la necesidad de ahondar más en el asunto para usarlo como herramienta terapéutica:
"El ASMR puede ser inducido, en aquellos que sean susceptibles, por un conjunto de detonantes bastante consistente. Los detonantes son aquellos sonidos o acciones que desencadenan la sensación de placer y relajación, a los que en ocasiones se une un cosquilleo en la cabeza o el cuello. Dado los beneficios reportados del ASMR en mejorar el ánimo y los síntomas del dolor, sugerimos que se someta a más investigaciones como una medida potencialmente terapéutica similar a la meditación o el mindfulness"
La temible cara B del ASMR
No existen todavía demasiados estudios que lo abalen, pero una investigación holandesa afirma que el 50% de las personas que padecen ASMR también tienen una respuesta negativa a ciertos sonidos. Así, "los susurros o roces pueden darles placer cerebral, pero otros menos armónicos les misofonía, que se traduce en rabia, enfado y nerviosismo."
Fotos | Love ASMR by Ana Muñoz.
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