Andrea
Ahora que hay tantos bloggers y avezados personajes que como valen para un roto y descosido también diseñan, les propondría el siguiente reto: démosle unos volantes y un peplum y han de conseguir una revisión nunca vista, algo que epate, sorprenda y guste. Los resultados imagino catastróficos, pero cuando se trata de Nicholas Ghesquiere la catástrofe es más catarsis de la humanidad hacia un nuevo mundo desconocido y sorprendente.
Contemplar su primera salida, que extrañamente se parece mucho a la segunda de Balmain, es dejarnos con los hombros caídos y sin mucho que decir. Pero de repente, entramos en harina, se suceden las salidas y las matemáticas y la geometría que tan bien controla Nicholas vuelve a su culmen con algo que nunca creeríamos que diera tanto de sí: los volantes.
Balenciaga baila flamenco pero ya quisiera una lucir asi en la Feria de Abril. Todo sería blanco y negro y los volantes rodarían mi cuerpo por todos los centímetros de mi cuerpo, en el torso a la manera de peculiares peplums que creíamos ya muertos y finiquitados.
La paleta cromática es muy selecta: nada de colorines primaverales ni alegrías para el cuerpo propias del jerez y la soleá. Blanco, beige azul y blanco conforman una colección que ya está siendo aclamada pese a que minutos antes de haber sido presentada, estaba siendo ninguneada informativamente por la presencia de Kristen Stewart, imagen de la marca, y cuyo look ha sido tan twiteado como lo hubiera sido la guerra de los mundos de Orson Wells.
Nada hace sombra a esto, sus faldas carpeta matemáticamente calculadas, sus plisados con aplicaciones de cuero y sus vestidos de faralaes que las faraonas hubieran deseado.
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