Según la Organización Nacional de Turismo de Japón, más de 33 millones de turistas extranjeros visitaron Japón de enero a noviembre del año pasado, consiguiendo superar los 32 millones que había recibido en todo 2023. Los datos dicen que el turismo en el país asiático está aumentando a su ritmo más rápido desde que se comenzara a recopilar este tipo de información en 1964. De hecho, los viajeros ya no solo buscan las estampas típicas de los cerezos en flor, los neones de Tokio o los templos de Kioto... Cada vez más visitantes lo están seleccionando como destino de esquí en invierno.
El invierno pasado, el número de visitantes extranjeros que llegaron a Japón aumentó un 33% con respecto a las cifras prepandemia. Según los datos de la Organización Nacional de Turismo de Japón, entre diciembre de 2024 y febrero de 2025 visitaron el país asiático unos 10,5 millones de visitantes, frente a los 7,9 millones del mismo período de 2018.
Entre noviembre de 2024 y febrero de 2025, según los datos publicados por Visa, llegaron turistas para esquiar en Japón procedentes de Australia en un 30%, Estados Unidos un 20% y 15% desde el sudeste asiático. No obstante, es en China continental donde Japón es ahora mismo el principal destino de esquí.
Esto es una buena noticia para el sector porque los visitantes internacionales tuvieron un gasto diario promedio superior más del triple al de los esquiadores locales, según Visa. Sin embargo, como en toda historia de turismo de masas, hay una cara B de la historia.
Unos mucho y otros tan poco
Mientras que Niseko, Hakuba, Yamagata y Yuzawa se han convertido en las estaciones más populares entre los turistas internacionales. Muchos otros destinos de esquí en Japón, que no tienen turismo internacional, atraviesan dificultades económicas. Esto se debe a que se ha producido una caída de la demanda interna del 75% desde el auge que tuvo el esquí en el país a principios de los 90, según datos del Centro de Productividad de Japón.
Por lo tanto el sector está poniendo ahora toda la carne en el asador para atraer a un perfil de viajero internacional que practica esquí o snowboard. El objetivo es crear una marca de lujo de Japón como destino de nieve, similar a la que tiene Suiza en Europa. Esto ha provocado que los precios hayan subido, junto con la calidad de los hoteles y restaurantes en Niseko, Hakuba, Yamagata y Yuzawa, donde a veces es necesario reservar hasta con un año de antelación.
Mientras que en el resto del país muchas estaciones se quedan semivacías, a los residentes locales de los destinos más populares les preocupa que los empleos y los ingresos del turismo no sean suficientes para compensar el aumento repentino de los precios de la vivienda y la comida. Además, también se muestran preocupados por el deterioro que puedan sufrir las tradiciones y su cultura (tan importantes en este país), según Reuters.
Los turistas generan aproximadamente 359 millones de dólares estadounidenses al año para el PIB de Japón, el problema es que siempre han estado mal repartidos. Tokio, Osaka y Kioto son las ciudades de Japón que más visitantes concentran. Por eso, la Organización Nacional de Turismo de Japón en Sidney tomó hace poco una medida sin precedentes para evitar la sobrecarga turística.
Básicamente, le pidió a los turistas australianos que planeen viajar a Japón que se vayan al campo. O lo que es lo mismo: que opten por zonas más alejadas de esas grandes urbes. El objetivo es repartir la gran afluencia de visitantes australianos en Japón por zonas de campo y áreas rurales como Tohoku, Kanazawa y Naoshima.
Este turismo responsable beneficiaría a los locales ayudando a reactivar la economía de zonas menos favorecidas y consiguiendo que se repartan de forma más uniforme los beneficios del turismo masivo.
Foto de portada | Ryan Kartzke
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