Con el año recién estrenado estamos a tope con nuestro propósito de año nuevo de viajar más y más barato. Ya te contamos el truco oculto para no gastarnos más de 20 euros en vuelos de Ryanair y te dijimos dónde puedes comer langosta, ostras y todo el caviar que quieras por 50 euros, así que hoy vamos a llevarte de viaje a un pueblo costero que en invierno, es el lugar ideal al que escaparse.
Está a menos de dos horas de Barcelona y aunque es conocido por contar con un festival de cine de terror, el más importante de España y que se celebra en otoño, también cuenta con el Festival Jazz Antic y un espectacular rallye de coches de época. Hablamos de Sitges, cuna cultural y un espacio en el que la diversidad es vital.
Sitges, mucho más que su festival de cine
El pueblo costero de Sitges, en la provincia de Barcelona, es mucho más que un espacio elegido para eventos culturales. Su casco histórico lleno de callejones es perfecto para perdernos porque consigue que el modernismo de alguno de sus edificios contraste con las preciosas casas de pescadores, algo que ya vimos en el pueblo favorito de Picasso, Buñuel y Dalí.
El Palau Maricel, construido entre 1913 y 1916 y con elementos arquitectónicos de diferentes lugares de España, es parada obligada. Es uno de los edificios más emblemáticos de Sitges y está integrado en el conjunto artístico y monumental de Maricel.
Cuenta con un paseo marítimo de tres kilómetros que recorre las diferentes playas de la localidad, como la playa de la Barra, hasta llegar a Punta de Sitges, una de las postales más reconocibles del lugar.
La Parroquia de Sant Bartomeu i Santa Tecla, una iglesia barroca del siglo XVII, es quizá el punto de interés arquitectónico más importante de Sitges. Un consejo: desde la plaza del ayuntamiento busca un estrecho callejón por el que apenas entra una persona. Se llama el Correló de la Rectoría y da al mirador Miquel Utrillo desde el que tendremos unas espectaculares vistas.
La Casa Bacardi, Racó de la Calma, o un pequeño y antiguo tramo de muralla medieval son algunas de las maravillas que nos encontraremos paseando por sus calles. No te pierdas tampoco los Jardines de Terramar, completamente inesperados y preciosos.
Un último consejo: no te vayas de Sitges sin probar su vida nocturna, porque tiene tanto de ofrecer que su calle más conocida ha sido rebautizada como Calle del Pecado. Es Calle del Primero de Mayo, una calle peatonal con restaurantes, bares y mucha vida que en invierno, está igual de animada.
Fotos | iStock
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