“Tía, creo que A me pone los cuernos”. No sé la cantidad de veces que una amiga, llamémosla X, me ha escrito/llamado/contado sus sospechas de que su pareja, llamémosla A, le estaba siendo infiel. Y no es algo eventual ni extraño. En el último año le ha pasado a cuatro personas de mi entorno y tres de ellas ya no están juntas.
Como dato, y según una encuesta realizada por Adopte, el 66% de las personas ha sufrido una infidelidad (a Shakira y a mí poco nos parece). Eso de las infidelidades les pasa a famosos como Tamara Falcó, a tu vecino del quinto y a doña Sofía.
Pero no todas las infidelidades son iguales. Hay líos de una noche, dobles vidas, tonteos con otras personas… Y para cada persona la infidelidad tiene un significado. Según el estudio paneuropeo* de Gleeden, “Infidelidad y evolución de las relaciones no monógamas en España y Europa”, besar con lengua a alguien que no es tu pareja, es considerado infidelidad para el 58% de hombres españoles frente al 71% de las mujeres españolas que sí lo consideran claramente una infidelidad. Además, el 52% de españoles considera que el sexting es infidelidad frente a un 70% de españolas.
Qué es la infidelidad emocional
Cuando hablamos de infidelidad emocional lo hacemos de un concepto moderno según Michelle Janning, profesora de sociología en Whitman College (Washington). Se trata de una relación entre dos personas en la que se desarrolla una conexión emocional importante con alguien que no es su pareja, cruzando de alguna manera una línea, sin entrar en un plano físico.
Este tipo de relaciones no es algo que se considere infidelidad para todo el mundo, ya que se basa en la idea de que esa intimidad solo debe compartirse con una persona importante si hablamos de una relación monógama, no de relaciones poliamorosas. Si invertimos emocionalmente en una tercera persona, esa relación puede provocar que la pareja peligre. Es una amistad muy cercana con alguien del sexo contrario si hablamos de relaciones heteronormativas con la que compartes sentimientos y pensamientos que solo compartirías con tu pareja.
Podríamos hablarte de que a nivel histórico el amor ha cambiado. Hace siglos los matrimonios de conveniencia eran normales, pero ahora, y en un mundo cada vez más conectado, las parejas buscan en sus relaciones que estas satisfagan necesidades emocionales. De ahí que el término de infidelidad emocional haya surgido ahora. De hecho María Hernando, una de las sexólogas de Platanomelón ya nos decía que “hay un cambio de patrón, el concepto infidelidad así como los motivos que llevan a ella responden siempre a una serie de regulaciones que cada cultura crea y transforma a lo largo del tiempo.”
Es importante entender algo antes de seguir y es que lo que es infidelidad para mí no tiene por qué serlo para ti y es importante que establezcamos con nuestra pareja cuáles son los límites. El cookie jarring, por ejemplo, podría considerarse un tipo de infidelidad emocional pero en mi entorno hay personas que no consideran que “ligar” en un bar teniendo pareja sea infidelidad a no ser que se pase a un plano físico (besarse, hacer petting…).
En que puede afectar una infidelidad emocional a nuestra relación de pareja
Ya te hemos hablado de la importancia de hablar a diario con nuestra pareja no solo de lo que nos ha pasado en el día y de lo que queremos cenar. También de cómo nos sentimos, de sexo, de amor, de planes y también de cómo vemos y de lo que esperamos de nuestra relación, también a este nivel. Un poco establecer esas líneas que no nos gustaría que nuestra pareja cruzase, como las parejas en La isla de las tentaciones.
La sexóloga Mamén Jiménez nos hablaba de la infidelidad explicándonos que “hay tantas como parejas. Para ser exactos habría que afinar aún más y decir que se trata más bien de una definición casi personal”. ¿Es infidelidad mandar un fueguito por DM por Instagram a otra persona que no es tu pareja? ¿Lo es pensar en otra persona que conocemos mientras nos acostamos con nuestra pareja? ¿O solo es infidelidad el sexo con terceras personas? Según un estudio de Platanomelón, coquetear por mensaje es aún peor que el sexo: el 57% de los encuestados afirma que el “flirteo virtual” a espaldas de tu pareja es peor que “acabar teniendo sexo en una noche loca”.
Aunque podríamos pensar que nuestra pareja entiende que las conversaciones profundamente personales deben permanecer en la pareja, para otras las llamadas “amistades emocionalmente vulnerables” son algo que todos deberían disfrutar. Es importante que se hable con la pareja para establecer qué tipo de relación va a ser la vuestra, un consejo que le debería haber dado a mi yo de 26 años que aún no entendía la importancia vital de la comunicación en pareja.
La manera en que nos afecte o no como pareja dependerá siempre de lo que hayamos establecido. Si sucede y lo consideramos infidelidad, podría llegar a romper la pareja o si nos vemos capaz, es algo que podría perdonarse. Como decíamos antes, depende de vuestra relación.
*Estudio paneuropeo “Infidelidad y evolución de las relaciones no monógamas en España y Europa”, realizado por la consultora Yougov para Gleeden, con una muestra de 6.042 personas europeas, de las cuales unas 1.000 eran españolas, durante los meses de abril y mayo de 2022.
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