Hay seres extraordinarios que vienen a este mundo a hacer cosas bellas. Son exquisitos, sensibles, únicos. Viven conmovidos por los sentidos y las cosas que les rodean. Si a esa forma de ser le añades un espíritu trabajador, tenaz y el amor por la documentación y la historia, te encuentras con un genio. Como Tomas Maier: Director Creativo de Bottega Veneta y artífice de la nueva colección de perfumes de la casa. Parco Palladiano son 6 maravillosas fragancias que se convierten desde hoy en emblema del lujo más absoluto. Viajamos hasta Vicenza, cuna de la marca, para descubrir cómo se hacen sus piezas únicas y pasear los jardines y los aromas que han inspirado esta colección.
Vicenza es un lugar de película. Al norte de Italia, se despliega ante ti, verde y fértil. Recorrerla es un placer para los sentidos: las casas antiguas salpican el camino, los árboles pintan un skyline en movimiento, las vides que hacen líneas rectas a tu paso, los tractores que le dan color al paisaje... Cómo debe ser trabajar y vivir allí. Más aún en la fábrica que visitamos, la de Bottega Veneta: La Villa Montebello. Un palacete blanco inmaculado en medio de la campiña, lleno de luz y de paz. Allí los mejores artesanos elaboran sus piezas extraordinarias que luego se venden en las boutiques que la marca tiene en las calles más caras del mundo.
Aquí vive y trabaja Tomas Maier, Director Creativo de la casa desde 2001. Tom Ford le apadrinó para ese puesto y él, que venía de otro gigante como es Hermès, decidió asentar la marca con algunas características: material de la más alta calidad que se pudiera encontrar, trabajo artesanal cuidado y extraordinario, funcionalidad contemporánea y diseño atemporal. Pero también buceó en los archivos de la su historia e hizo dos cosas importantes: recuperar el "Intrencciato", una antigua técnica que usaba la casa en sus comienzos y que consiste entrenzar tiras de cuero creando un motivo bellísimo en damero, y quitar el logo (también algo que formaba parte del pasado la casa). Esta última es una decisión a contracorriente que les hace verdaderamente especiales porque mandan un mensaje único: Los que conocen Bottega Veneta no quieren presumir, no quieren hacer ver su poder adquisitivo. Ellos saben lo que llevan y con eso, les basta. Porque es lo mejor. Pero para eso, el producto ha de ser exquisito.
Ambas medidas fueron definitivas y la casa Bottega Veneta ocupó, gracias al trabajo de Maier, su lugar en el mundo del lujo de nuevo. Así que hasta este rincón de Italia viajamos para ver cómo se hacen su bolsos. Además, el Intrencciato se convirtió en lo más reconocible de la casa y hoy cientos de piezas: joyas, gafas, ropa, muebles... tienen a su manera, esta insignia.
Lo que más llama la atención al llegar a La Villa Montebello es que no parece que haya estrés. En las oficinas parisinas de Kering Group (dueña de la marca y antes Gucci Group), la tensión debe ser brutal. Hay que hacer que el grupo gane más cada vez. El capital necesita ser alimentado y crecer. Sin embargo, esto es cómo una isla, aquí están estos artesanos que saben que lo que necesitan es sólo vivir el momento, haciendo a conciencia este trabajo.
Un icono de la marca y su gran bestseller es el bolso Cabat. Recuerda a un cesto por su forma, está trenzado sin costuras ni por dentro ni por fuera, y es bellísimo lo mires del derecho o del revés. Sólo los artesanos más expertos pueden hacer estas piezas que se trabajan con tiras y se realizan con un trabajo de trenzado en 45 grados. Verlo es muy relajante, parece fácil. Apetece intentarlo (aunque es absolutamente absurdo porque necesitas larga formación para aprender a hacerlo). El resultado es extraordinario.
Puedes encontrar bolsos de Bottega Veneta desde 1.500 euros. Pero hay algunos Cabat, de cocodrilo y gran tamaño por ejemplo, que alcanzan los 50.000 o 70.000 euros. Para uno de esos bolsos se necesitan 25 pieles de cocodrilo. Ese es el lujo con mayúsculas que muy pocos conocen. También es una maravilla ver cómo se fabrica su clunch, el Knot. Otro icono de la casa para el que Tomas Maier también recuperó el cierre con un motivo de nudo que la marca uso en otros tiempos.
En la fábrica y atelier, poco nos dejan fotografiar. La entrada. Todo lo demás, forma parte del trato al aceptar esta visita: respetar los "secretos" de esta artesanía y fabricación. El edificio es ecosostenible. Sus artesanos van sencillamente uniformados con batas marrones. El taller es largo, diáfano, impecable, luminoso. Hemos encontrado un video y os podéis hacer una idea.
La inspiración de Maier para la colección de perfumes Parco Palladiano
Vicenza también es la tierra de Andrea Paladio, el hombre que reformó la arquitectura y la reinventó para iniciar con su obra y sus tratados de arquitectura una nueva etapa: el Neoclasicismo. Allí, en Vicenza, está lo mejor de su obra.
Palacios, iglesias, villas... Todas sus construcciones tienen una característica: los edificios se prolongan en el exterior y los jardines y las plantas que ellos habitan se alinean y están pensados para formar parte esencial de la arquitectura, del arte y de la experiencia de habitar esos lugares. Por eso, son estos jardines los que han servido a Tomas Maier para crear no sólo una colección de perfumes, si no una bellísima historia. En ellos, el Director Creativo se ha sentado en distintos momentos del día, en distintas estaciones del año y ha querido encapsular los aromas que te embriagan.
Cómo se crea una colección de perfumes de lujo
Tras tomar la decisión sobre qué momentos y qué flores quería llevar Maier a sus frascos, cuatro grandes creadores de perfumes recibieron su briefing: "Magnolias a primera hora de la mañana en primavera", "frutas maduras en el camino, una tarde de otoño. "Altos cipreses una la tarde de primavera...". Estos expertos tomaron nota del objetivo y fueron preparando sus aromas. Tomas Maier es exigente y sabe muy bien lo que quiere, así que él fue probando las muestras y rectificando y aportando su opinión y los perfumistas, continuando con su trabajo, daban pasos en búsqueda de ese momento perfecto, de ese olor que consiguiera atrapar un rincón del jardín. Ha habido distintas proebas, distintas versiones... Hasta que ha nacido por fin esta colección en la que todo está cuidadosamente pensado y trabajado.
Las botellas, están inspiradas en las cúpulas de la Arquitectura Palladiana y el intrencciato está labrado en el cristal, se numeran del uno al seis (con números romanos, por supuesto) y los colores tras las trasparencias son delicados y decorativos. Pero pasemos a lo más importante: descubrir cómo huelen.
La colección de aromas
Cuando Stendhal llegó a Florencia, abrumado por tanta belleza, y como hombre ultra sensible que era, casi cae desmayado: sentía palpitaciones, temblores... Pues bien esto es casi lo que sucede el día de su presentación, en Vicenza, en La Villa Rotonda, rodeados de arte, habitando esos jardines y esas salas con frescos... abren las puertas de Villa Rotonda y descubrimos en distintas salas los perfumes. No uno, ni dos... hasta seis. Y llega la temida pregunta: ¿cuál te gusta más? Francamente, es imposible decidirte por uno. Puedes descartar alguno por afinidad. Pero te los llevarías todos a casa si pudieras... Que será lo que hagan los clientes de Bottega Veneta, sin duda, puesto que se pueden permitir bolsos de tales precios.
Parco Palladiano I: El magnolio, el amanecer. Michael Almairac, su creador, nos cuenta que no sólo es la flor la que despliega el aroma por la mañana, también las hojas, la madera, el rocío. Es un aroma fresco con un pequeño punto dulce.
Parco Palladiano II: A la hoja y la madera del ciprés en primavera y los aromas más verdes se le suma la chispa de la pimienta rosa. De nuevo fresco y vital, este aroma ha sido creado por otro gran nariz: Alexis Daider.
Parco Palladiano III: Un aroma otoñal: la pera madura, la tierra húmeda, las hojas que caen y un toque de menta fresca son la inspiración para este aroma (complejísismo y con un toque dulce) creado por Daniela Andrier.
Parco Palladiano IV: No hay momento cómo la tarde de verano para sentir cómo las azaleas sacan sus aromas. Esta flor tan poco utilizada en la perfumería protagoniza este olor de verano creado por Alexis Dadier. Que sí: también se ocupó del número II. Es uno de los aromas más románticos.
Parco Palladiano V: Uno de los aromas más profundos y elegantes, creado por Daniela Andrier de nuevo, tiene cómo protagonistas al romero y la salvia, así que es un aroma especiado que recuerda a "un sendero arbolado a primera hora de la tarde", explica su creadora. Y sí. Doy fe. Si os gustan las hierbas aromáticas, os gustará probarlo.
Parco Palladiano VI: Y cómo no, llega la rosa. Este perfume ha sido construido en equipo. Un veterano: Michel Almairac (creador del número I) y una joven promesa, Mylène Alran, han creado este elegante aroma. Es la rosa de uno de estos jardines Palladianos, que se abre al atardecer y que tiene notas amaderadas para encontrar esa elegancia tan de Bottega. Para mí es un aroma intenso y profundo, perfecto para el invierno.
Hay en toda la colección un hilo conductor, una sensación de que cada perfume tiene sentido en sí mismo, pero aún más cuándo conoces los demás. Los aromas de Bottega son siempre diferentes, tiene su nota de casa vieja, de cuero, de porche de piedra viejo... No hay dulzor excesivo, ni notas demasiado chispeantes. Todos son unisex y dejan un poso de elegancia, que merece la pena "llevar puesto". Y todo esto está presente en la colección completa de perfumes Parco Palladiano. Por supuesto, esto es sólo el comienzo, porque esta colección pretender crecer. ¿Qué rincones de la bella Italia nos traerá Bottega Veneta en sus siguientes esencias? Estamos deseando saberlo, pero sin prisa. Que tenemos mucho tiempo para disfrutar los nuevos aromas y no nos vamos a cansar.
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