'Isabel' y Mariló Montero, lo mejor de TVE en 2012
El año 2012 ha sido un período de transformaciones para RTVE. El lastre en su presupuesto -sufrió una reducción de 204 millones en sus cuentas-, el nombramiento de Leopoldo González-Echenique como presidente de RTVE, la congelación de varias de sus series (‘Cuéntame’, ‘Águila Roja’, ‘Isabel’, ‘Los misterios de Laura’ o ‘Gran reserva’) o la sensible caída de audiencia que ha sufrido -de ser líder ha pasado a ser la tercera opción para los espectadores-, entre otros factores, han marcado su andadura en este año 2012.
PD ha preguntado a cuatro expertos de TV -Alberto Rey (‘Asesino en serie’ en ‘El Mundo), Rosa Belmonte (ABC), Miguel Herrero (‘El retrovisor’ de la revista TP) y Sergio Espí (nuestro crítico televisivo en Periodista Digital) sobre los aciertos y errores de TVE en 2012 y los cambios que debería hacer la pública en su parrilla para remontar el vuelo en 2013.
1- ACIERTOS Y REVELACIONES
Alberto Rey: Isabel. En mi opinión es exactamente el tipo de ficción televisiva que debería promover, producir y emitir una cadena pública.
Rosa Belmonte: Clásicos de La 1. Gracias a las penurias económicas, TVE ha vuelto a emitir clásicos cinematográficos en el mejor horario y en La 1. Hacía muchos años que esas películas, salvo alguna excepción, no se veían. Y en audiencia no han ido mal.
Isabel. Un ejemplo de cómo la Historia puede ser divertida. De cómo una serie de medios reducidos puede sustituir batallas por intrigas palaciegas y atrapar a la audiencia. Y en un día muy difícil.
Las cosas de Mariló Montero. Se la habrá criticado pero su alucinógena entrevista a Igartiburu y sus editoriales con alma han puesto en el mapa un programa que siempre tiene por delante los de Ana Rosa y Grisso. TVE sin Mariló sería peor. Y, sobre todo, mucho más aburrida.
Miguel Herrero: Isabel. TVE ha demostrado ser una magnífica productora de series de época. «Isabel» durmió en las estanterías de la cadena pública durante meses y ha conseguido superar a otras ficciones de éxito como «La que se avecina».
Cuéntame. tuvo un final de temporada apoteósico, con cifras estratosféricas. Los pocos programas, o especiales, que ha realizado sí convencieron a la audiencia, caso de la gala «Arriba ese ánimo» donde reunieron a los humoristas más conocidos, o la de «Inocente inocente». Los Juegos Olímpicos volvieron a arrasar y el festival de Eurovisión, sin estridencias tipo Chikilicuatre, demostró que aún había hueco para la música y el entretenimiento.
Sergio Espí: ‘Isabel’. No sólo estrenarla sino, sobre todo, renovarla por una segunda temporada. Ésta ha sido, de lejos, la mejor ficción nacional del año y el único éxito de TVE. Al verla, se te olvidan los recortes, la inestabilidad y los desasosiegos en los que vive la pública.
Mariló Montero. Gracias a sus salidas de tono (con su «¿estás oxidada?» a Anne Igartiburu a la cabeza), la de ‘Las mañanas’ ha conseguido que la 1 sea noticia por otra cosa que no sean los despidos. Mariló ha ‘salvametizado’ un poco más la pública, y eso, por mucho que cueste admitirlo, es lo que más audiencia le puede dar. Ya lo manda el tópico, mejor que hablen mal de tí a que no hablen.
2- ¿EN QUÉ ERROR HA CAÍDO?
A. Rey: Siempre será sospechosa (por decirlo de una manera cándida) de ser un instrumento del gobierno de turno. Y de seguir sin definirse a sí misma claramente. ¿Qué es exactamente una televisión pública? ¿cuál es su función? ¿suplir «las carencias» de las TV privadas o competir contra ellas? ¿Tendrá lugar alguna vez en España un debate público y político serio sobre la TV pública que queremos, necesitamos y podemos permitirnos o seguiremos utilizando fórmulas vacías y evitando enfrentarnos al tema?
R. Belmonte: El vacío de poder y el desgobierno hicieron mucho daño. Diagonal tuvo que irse a Antena 3 con Amar en tiempos revueltos porque en TVE ni sabían ni contestaban. Y con Isabel aguantaron sin desmantelar todos los decorados de milagro a la espera de la confirmación de una segunda temporada que estaba prevista desde el principio.
Prescindir de Ana Pastor. Podrá gustar o no su estilo, pero era uno de los activos de la Casa. Periodismo espectáculo, sí, pero muy televisivo.
M. Herrero: Pienso que TVE peca de emitir demasiado cine. Le sirve como recurso para rellenar horas de programación cuando la oferta debería ser mucho más variada. Hay algunos clichés que deberían erradicar, como las telenovelas sudamericanas de las 5 de la tarde, la triple sesión de filmes en las tardes de los fines de semana, la multi-repetición de los espacios documentales de La 2 o las aburridas parrillas de canales como el Clan TV. Mariló Montero ha ido ensombreciendo la imagen matinal de la cadena y la tarde ha entrado en el peligroso mundo de las tertulias del corazón, tan propio de las privadas. Los informativos también han perdido calidad y apenas hay presentadores en la cadena, con Anne Igartiburu acaparándolo todo.
S. Espí: Primero, la sensación de inestabilidad, vacío y desconfianza que ha provocado este año. El cambio de gobierno provocó un parrilla prácticamente desierta, sin estrenos y con muchos productos en la nevera, hartando así a su público Eso sin contar la faena que le ha hecho a las productoras. Hace un par de años, TVE era una mina para la industria televisiva, sobre todo para la ficción. Hoy por hoy, ni empresarios ni público se acercan a ella.
Segundo, que la pública ha conseguido limitar mucho a su target potencial. En años anteriores se consiguió una parrilla familiar que llegaba a todos los sectores del público. Hoy por hoy, la programación es rancia, anticuada, casi exclusiva para la tercera edad conservadora. Los menores de 65 años ya no se les ha perdido nada ahí.
Y por último, lo de siempre. La manipulación informativa, da igual el gobierno que haya.
3-¿QUÉ CAMBIARÍA EN LA PROGRAMACIÓN?
A. Rey: TVE cuenta con un amplísimo y desaprovechadísimo catálogo al que se le podría sacar mucho partido. Por otro lado, su relación privilegiada (aunque también tensa, incluso viciada) con la industria cinematográfica podría traducirse en una mayor colaboración a la hora de crear productos de ficción que, idealmente, debería ser además exportables (es decir, vendibles y cobrables).
R. Belmonte: Lo ideal sería que volviera a haber publicidad. Al fin y al cabo, los patrocinios también son publicidad y están permitidos. El dinero permite hacer buenas series.
No puede ser la PBS, tiene que tender más a la BBC. Pero Incluso la PBS sería una buena opción si lo que pretenden es ser una televisión marginal.
Tienen que tener un plan y llevarlo a cabo (mira el ejemplo de Antena 3) pero sin perder de vista que debe ser la televisión de referencia. Debe seguir teniendo los informativos de referencia y no contagiarse de Telecinco o Antena 3 poniendo memeces de Youtube con cebo, como ya ha empezado a hacer.
Ya que le fue bien con Los Tudor, ¿por qué no emitir grandes series de época? Me refiero a Cranford o Grandes Esperanzas. Es decir, lo que habría hecho la TVE de hace treinta años.
M. Herrero: TVE debería aprovechar mejor sus recursos. Hay un determinado tipo de espacios que no necesitan de un gran presupuesto para ofrecer algo diferente a sus clásicos «Españoles por el mundo», «Comando actualidad» y demás producción sin plató. Disponen de un maravilloso archivo, muy desaprovechado desde la desaparición del Canal Nostalgia, y podrían basar parte de sus programas en homenajes (que hasta Telecinco les supera con la Campos), humor, música y demás retales de tele clásica. Lo mismo en tanto hueco inútil en La 2, que podría ser un vivero de viejas emisiones, barnizadas de modernidad, como hacen con las películas de los jueves de TVE1.
S. Espí: Debería regresar la publicidad y si no puede ser, apostar por productos más juveniles y por más ficción, que no tiene por qué ser tan cara. Que se dejen de tanto programa de entrevista capcioso y aburrido y hagan más series o telefilmes que re-escriban nuestra historia u obras literarias famosas.
Que apueste más por espacios gastronómicos ya que las sección de cocina de ‘Las Mañana de La1’ funciona tan bien, deberían descubrir a un cocinero nuevo (y joven, por favor) para hacerle convertirle en una estrella.
No le vendría mal algún tipo de docu reality diferente, que no sea ‘Españoles por el mundo’ y sucedáneos’, alejado de la información y más centrado en el entretenimiento (algo como Chicote encajaría perfectamente).