Son múltiples las propiedades (y motivos) que hacen que las cremas sean imprescindibles en nuestra mesa en cualquiera de los meses del año. Además, su textura y la variedad de colores y sabores las convierte en un manjar sano y divertido que sirven de ayuda a la hora de introducir en nuestra dieta alimentos como las verduras, altamente detestadas por muchos.
Estas cremas están elaboradas principalmente con verduras, hortalizas y lácteos. Por tanto, son fuente de múltiple vitaminas y minerales, además de fibra. Aunque hay que poner un ojo en el tratamiento de preparación. Dependiendo del que elijamos (vapor o plancha), se perderán más o menos minerales y vitaminas. En función del tamaño que tengan los trozos que hemos triturado se pierden más o menos vitaminas.
El truco: cuánto más grande sean los trozos de las verduras y hortalizas, mayor cantidad de vitaminas conservarán que si los trozos son de menor tamaño.
Dos cremas fitness ricas y sencillas
Si queremos disfrutar de todos los beneficios de las cremas y que además sean sanas, podemos preparar tres platos ricos y sencillos. A continuación, tres cremas fitness que incluir en nuestra alimentación.
1. Crema de calabaza, salvia y frutos secos
La calabaza y las castañas (por ejemplo) son fuente de vitamina C y manganeso. La vitamina B6 de la calabaza es vital para la formación de hemoglobina, entre otras.
Necesitaremos una calabaza (pelada, cortada y sin semillas), medio litro de agua, dos cucharadas de caldo vegetal, un poco de queso, sal (al gusto), una cuchara de salvia y tres castañas troceadas.
Empezamos con la preparación. Tenemos que poner la calabaza (la estrella del plato) junto con la mitad del agua que utilizaremos y el caldo en polvo en una olla. Tapamos, arrancamos el fuego y hasta que hierva. Luego, bajamos el fuego para mantener un hervor suave. Y así dejamos hasta que la calabaza es bien tierna, que es lo que nos interesa.
Segundo paso. Pasar todo esto al vaso de la trituradora. Eso haremos junto con el queso elegido, hasta que quede una crema homogénea. Como siempre, si la queremos más líquida, siempre estamos a tiempo de añadir más agua. La sal, también al gusto.
Por último, devolvemos la crema a la olla que hemos utilizado, la calentamos hasta que vuelva a hervir. A continuación, añadimos la salvia y las castañas por encima, que le darán ese contraste que buscamos.
2. Crema de coliflor con pimiento
Los pimientos rojos se encuentran entre las mejores fuentes de vitamina C, que ayuda a mantener la inmunidad, además de ser un poderoso antioxidante.
Necesitaremos: pimientos rojos, una coliflor, una cebolla, un diente de ajo, canela, caldo vegetal, leche entera, sal y pimienta negra.
Manos a la obra. Precalentamos el horno a unos 180 grados y nos valdremos de una bandeja de horno. Cortamos los pimientos y desechamos su tallo y las semillas. En una bandeja, los asamos un cuarto de hora, hasta que queden blandos. Luego, ponemos la coliflor, la cebolla y el ajo, la pimienta y la canela, el caldo y la leche en una olla. Lo tapamos hasta que arranque a hervir y dejamos a fuego medio hasta que todo esté bien hervido.
Sacamos los pimientos, los trituramos y reservamos. Después, toca pasar por la batidora todos los alimentos que hemos preparado en la olla. Trituramos bien y añadimos leche al gusto. Por último, lo volvemos a calentar todo y lo mezclamos en el recipiente elegido.