Nada como lo prohibido o lo misterioso para que lo desees a toda costa. Los de American Express han exprimido este concepto para su tarjeta estrella: la American Express Black. Y vaya si ha funcionado: nadie la ve, nadie puede solicitarla pero todo millonario la pretende.
Conocida también como la Centurión, está hecha de titanio y de las 17.000 que existen en el mundo, sólo 300 tienen titulares españoles (datos de 2007). Forma parte de las tarjetas elitistas que no sólo te aportan la línea de crédito sin límite sino servicios tan exclusivos como extravagantes y difíciles de conseguir sin la Black.
Amex lanzó la Centurion en 1999 en Gran Bretaña; al año siguiente la presentaron en sociedad en casa (Estados Unidos), Alemania y Hong Kong; se comercializó en Suiza y Japón en el 2002; México y Australia en 2003 y 2004 respectivamente; y finalmente llegó a Europa (Francia, Italia, Holanda, Suecia) y España en el 2004.
¿Porqué el negro? La más codiciada tarjeta de crédito es de color negro por un rumor que se extendió en Estados Unidos acerca de cierta tarjeta negra que se iba a lanzar entre elegidos de grandes fortunas. Al final, el chisme se debía a una tarjeta color negro que recibían los clientes de la Platinium con un teléfono de contacto con Amex destinado sólo para esos usuarios.
Aprovechando el misterio, qué mejor estrategia que anunciar la Centurión, ¡Oh sorpresa desvelada!, de color negro. Y en el momento fashion más preciso ya que desde la entidad en Madrid comentan que, cuando apareció la Centurión en 1999, el negro estaba de moda y era el color de la elegancia y la distinción.
¿Quién forma parte de los afortunados que tienen una Centurión? Pues siento desilusionarte pero no tengo ni idea. Ni yo ni casi nadie ya que en American Express guardan voto de silencio sobre sus usuarios de la Black Power, lo que hace más apetitosa la escurridiza tarjeta. Porque aunque haya personas dispuestas a pagarla no son susceptibles de obtenerla ni en sus mejores y más dulces sueños.
Juan Pablo Vivas Benker, director de marketing de Amex, comentó en una entrevista: "No sólo tenemos en cuenta que la persona tenga un gasto alto sino que lleve un estilo de vida con el que la Centurión le sea de utilidad". Sin pelos en la lengua, se resume que no entran en el club de centuriones los nuevos ricos sin personalidad alguna ni ricachones sedentarios, condición que me parece de lo más loable.
Una vez aprobada la invitación personal de Amex, el afortunado o afortunada puede aceptar o rechazar la tarjeta y, aunque desde la entidad afirman con orgullo que nunca han tenido ningún rechazo, un antiguo empleado español de Amex afirma que un par de elegidos sí la rechazaron.
El nuevo miembro del secreto y reducido club elitista recibe en casa, de mano de un asesor de Centurion, un kit de cuero de la mejor calidad (al menos en España aunque depende del país y de su cultura) que envuelve la carta con la bienvenida del presidente junto a un tarjetero exclusivo que contiene la preciada American Express Black.
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