Cuando una habla con Cristina Oria entiende que montar un imperio de semejante tamaño no es algo que caiga precisamente del cielo.
Madre de tres hijos, la chef y empresaria madrileña nos concede unos minutos de su ajetreada rutina con motivo de la reciente publicación de su libro de cocina, 'Mis recetas favoritas para hacer en casa' (Espasa).
"Es un libro muy sentimental que nace en un momento muy crítico y muy duro, en plena pandemia", nos explica Cristina, nuestra protagonista (aunque no le guste serlo).
Convertida en una de las caras más reconocidas del panorama gastro actual, cuenta con tres restaurantes y tres tiendas gourmet y menaje en Madrid, un catering para eventos de hasta cuatro mil personas y una web que envía a toda Europa con sus productos (tanto de alimentación como de accesorios).
Durante nuestro encuentro, la chef menciona a menudo a su marido, Álvaro Corsini, la cara menos visible del negocio y su gran pilar; y confiesa que su momento preferido del día es sentarse en el sofá a las 11 de la noche para ver 'The Crown'.
Sus recetas favoritas para hacer en casa
Como si de una autobiografía se tratase, este proyecto (en el que se incluyen sus recetas favoritas para elaborar menús diarios para hacer en familia u ocasiones especiales) sufrió una imprevista transformación radical como consecuencia del confinamiento y no puede estar más satisfecha con el resultado.
"Es un libro 'homemade' y muy sentimental, nace de un momento crítico y muy duro, en plena pandemia"
"En un primer momento hablamos con Espasa sobre la posibilidad de editarlo con un fotógrafo profesional, buscando un estudio sofisticado, con estilistas… Pero de repente llegó la pandemia, yo estaba haciendo muchas recetas para Instagram y se me ocurrió que podíamos hacer nosotros el libro de principio a fin. Y nos lanzamos. Por eso es un libro muy especial, muy nuestro. Las fotos las hizo Álvaro, mi marido, con su cámara. Sin focos ni nada. Hasta la portada la hicimos nosotros. Yo hacía las recetas con el material que tenía en casa y luego nos lo comíamos con los niños. Es un libro 'homemade'", concluye.
La materia prima y su receta estrella
En la cocina de Cristina Oria cobra relevancia la materia prima. Su firma, que cuenta con más de ciento treinta trabajadores, también tiene una huerta de la que se autoabastece y hace su propio aceite de oliva virgen extra, sus confituras, etc.
"Creo firmemente que no hay que rizar el rizo cuando la materia prima es de calidad"
"Tenemos nuestro propio huerto, nuestro aceite, ahora queremos tener gallinas y en el futuro nos encantaría tener hasta nuestras propias vacas. Álvaro es ingeniero de montes y todo esto le fascina. Es cocina de mercado. Creo firmemente que no hay que rizar el rizo cuando la materia prima es de calidad. Es decir, si una lubina es buena poco hay que hacer. Mi base es la cocina tradicional dándole un toque diferente".
Por eso, compres lo que compres, la experta asegura que lo más importante es que el producto sea de buena calidad: "No me gusta la mediocridaden materia prima. Es mucho mejor comprar un buen fuet que un mal jamón. Si no puedes llegar al caviar cómprate un buen salmón".
"Mi bizcocho necesita nevera porque huimos de todo lo ultraprocesado. Intento que mi comida siente bien"
Del ultraprocesado opina igual. Me cuenta que sus bizcochos, galletas o cookies no llevan ningún tipo de conservante ni colorante, y le sería mucho más cómodo en cambio recurrir a ellos, sobre todo por envíos y regalos de Navidad que la gente tarda en recibir. "Mi bizcocho necesita nevera precisamente porque huimos de eso. Intento que la comida siente bien".
El producto que hizo famosa a Cristina fue el foie mi cuit a los 3 vinos con gelatina de Sauternes y pan de pasas, sin duda, su producto y receta estrella (ganador del premio Madrid Fusión 2011). "No está incluida en el libro y todavía me resisto", confiesa.
Sus comienzos
La empresaria madrileña de 37 años entró en este mundo de casualidad. "Me encantaría contarte que empecé desde pequeña. Me gustaba la cocina pero no como para dedicarme profesionalmente a ello", confiesa.
Tras serle diagnosticada una enfermedad, los médicos le recomendaron que dejase su trabajo: "Yo estaba en consultoría estratégica, me fui y justo salió la oportunidad de irnos a París. Ahí hice Le Cordon Bleu porque era un tema que me fascinaba, pero no para dedicarme profesionalmente a ello. Me fui enganchando y acabé montando algo muy yo".
Hija de los dueños de las tiendas Musgo, del negocio de sus padres entendió y aprendió que las cosas no surgen, que hay muchísimo trabajo detrás. "En un primer momento no quería tener mi propia empresa porque había visto trabajar muchísimo a mis padres. Para que algo salga bien, hay que ponerle además mucho cariño y dedicación".
Me confiesa que se pasa horas hablando con su marido sobre su negocio. "Me pregunto de qué hablarán el resto de matrimonios, nosotros hablamos el 80% de esto. Nos llevamos muy bien y diferenciamos mucho nuestras áreas".
Riqueza gastronómica
Cuando le pregunto por sus referentes culinarios me contesta que, más allá de cocineros con nombre y apellido, pone énfasis en recordar la riqueza de la geografía española con platos tradicionales de cada sitio.
"Te puedo hablar de Arzak y de otros tantos; pero lo que me llama la atención es que en cada geografía española tienen su propia forma de cocinar y sus verdaderos tesoros en recetas tradicionales. Te vas a Andalucía y te hablan de cómo hacen el adobo del pescadito frito, en San Sebastián el secreto de la parrilla, en Galicia te cuentan cómo asustan al pulpo, en Valencia te dicen que nunca harás una paella como la suya por el agua que corre por sus tuberías..."
En un mundo de hombres
"Lucho para que no haya diferencias entre hombres y mujeres, para que te traten igual te llames Pablo o María"
Reconoce que no ha sufrido obstáculos ni actitudes machistas por el camino, aunque es consciente de que es un sector muy complicado para conciliar y que aún hay muchas cosas que mejorar: "Yo lucho por que no haya diferencias entre hombres y mujeres, no para que la mujer sea mejor. Obviamente existe una brecha salarial y hay muchas cosas que mejorar, evidentemente. Lucho por que no por el hecho de ser mujer se nos cierre ninguna puerta ni haya ningún tipo de distinción. Que se nos trate igual llamándonos Pablo o María".
"Yo tengo el ejemplo de mi marido, los dos estamos metidos en este negocio al 100% pero él se retira para que yo brille. Esto se llama Cristina Oria y él no tiene ningún complejo. Es fundamental que la persona que tienes al lado entienda tu trabajo y que estéis muy alineados, sea hombre o mujer".
Madre por encima de todo
Si hay algo que ha aprendido Cristina Oria tras estos duros meses de confinamiento es que no se puede hacer planes a largo plazo y, sobre todo, a valorar cosas que antes dábamos por hecho.
La entrevista va llegando a su fin. Es una mujer muy natural y, hablando con ella, da la sensación de que la conoces de toda la vida. Le pregunto para concluir nuestra conversación cómo le gustaría que le recordase la gente. Se olvida de su potente negocio y del nombre Cristina Oria: "Como buena madre".
Fotos|Cristina Oria
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