Se suele decir que quién tiene un amigo, tiene un tesoro. Pero tus amigos son... ¿Cómo decirlo sin ofender a nadie? Son un tesoro un tanto extraño. Tenemos al que pase lo que pase está de mal humor, a la loca que vive en Los mundos de Yupi y al sarcástico que siempre, siempre, siempre, siempre (sin excepción alguna) va a decirte las cosas como son (aunque la verdad duela). Y hoy nos inspiramos en los personajes más míticos de las series de televisión para hacer una radiografía en tu grupo de amigos. ¿Quién es quién?
El friki rarito con problemas de empatía
Es capaz de memorizar el peso de una pluma en la superficie de Saturno, pero incapaz de recordar que hoy es tu cumpleaños o que ayer te dejó tu chico y que por eso tienes la cara cubierta de un material con alta concentración en sal (no te atrevas a preguntarle por qué piensa que estás llorando como una hiena porque sus respuestas serán de lo más desconcertante y puede que su sinceridad te haga llorar aún más).
Es obsesivo, neurótico, impertinente y por lo menos, alérgico a cinco ingredientes presente en cualquiera de los postres que lleves a su fiesta de cumpleaños, pero en el fondo sabes que puedes contar con él cuando tengas un problema de verdad (de verdad en su Escala de Cosas Realmente Importantes, que no tiene por qué coincidir con la tuya).
Exactamente: tu amigo es como Sheldon Cooper (The Big Bang Theory).
Drama queen con mucha suerte
Es drámatica, se complica la vida y tus problemas al lado de los suyos son pan comido, irrisorios y quedan deslumbrados parcialmente (esa uña rota de la que tanto habla requiere 30 minutos de lamentos y 18 minutos de esperanza). Ante los problemas elige siempre la vía más difícil, porque si no hay drama no disfruta.
Y mientras que tú intentas hacer bien las cosas, tomar los caminos fáciles de la vida y sonreír a lo que te llega con mucho esmero y actitud, ella se empeña en hacerse la mártir para luego.... ¡BADABOOM! Lograr lo que se proponía desde un principio. No esperes una sonrisa de felicidad después de eso, jamás terminará contenta o tranquila -aunque un tío cañón beba los vientos por ella-.
Es obvio que va a ignorar tus problemas, de la misma manera que ignora las soluciones fáciles. Pero por ninguna razón en concreto, allí estará al final del camino para ayudar a levantarte. Tu amiga es clavada a Meredith Grey (Anatomía de Grey).
La rarita de clase que nos pone los pelos como escarpias
Puedes pasarte horas y horas soltando por esa boca que la madre naturaleza te ha dado que ella solo te va a mirar con ojos como platos y no va a discutir nada. Es más, todos la encuentran un poco rarita pero a ti te encanta tenerla al lado. Es capaz de poner la antena a cinco conversaciones que suceden de manera paralela por toda la sala para saber qué es lo que pasa y quedarse con la copla de la situación.
Eso sí, apenas sabes mucho de ella, es un enigma más grande que los que resolvía Indiana, pero de lo que sí estás segura es de que siempre estará ahí para ayudarte aunque sólo sea para aniquilar a todos tus enemigos con una mirada.
Podríamos decir que tu amiga es un poco Eleven (de Stranger Things).
La hippie que vive en un mundo paralelo
Es capaz de plantarse a una boda con vestidos de hace (al menos) 78 años y un poco pasados de moda y creerse la más divina del lugar. Es más, si te atreves a criticar su outfit te va a mirar por encima del hombro y te dirá cuatro verdades que te dejarán noqueada. Vive en un mundo paralelo al que te gustaría visitar de vez en cuando, pues siempre se encuentra feliz (aunque un poco pa'llá).
Canta mal, muy mal, pero lo hace con tanta pasión que nadie se atreve a hacerla callar. Y cada vez que en alguna reunión de amigos alguien trae una guitarra tu cuerpo se estremece pensando en la posible actuación que os va a ofrecer.
No tiene filtro y dice todo aquello que piensa... Sin ponerle florituras por el camino. Pero se hace querer tanto que es una de tus indispensables. Sí, tu amiga es la viva imagen de Phoebe Buffay (Friends).
El amigo inquietante
¿Cómo decirlo? Tu amigo te cae bien pero en el fondo mueres de miedo. Tú y todos los demás. Y eso que todavía no ha abierto la boca, pero su sola presencia basta para acogotarte. Tiene un lado que no quieres conocer ni de broma y lleva un tren de vida que tú misma no llegas a entender cómo lo aguanta. Hasta la persona más anónima lo respeta, y es que él... es así. Es de los que entra en un bar y todo el mundo se queda callado y tu lo miras todo en segunda fila con la boca desencajada.
A veces desaparece durante un tiempo y de repente ¡chas! aparece a tu lado si ningún tipo de explicación. Pero pese a todo ese embrollo que lleva está a tu lado para ayudarte, pues no hay otra cosa que más respete que la fidelidad. Podría ser carnicero, piloto de avión o agente del FBI, pero eso nunca lo sabrás.
Sí, ese colega tan rarito podría ser Pablo Escobar (sin droga de por medio).
La bocachanclas
Sabiduría de la buena. Bien te arregla un descosido, como que te interpreta la juerga de su noche anterior -sin dejarse ningún tipo de detalle- o te enseña la mejor postura... para Yoga. Es capaz de hacerte subir los colores hasta parecer un tomate maduro y tus ojos han experimentado aquello de salirse de sus órbitas. Vamos, que su liberación sexual está tan desatada que te explita posturas que pensabas que eran imposibles de poner en práctica.
No nos vamos a engañar: nos flipa escuchar su versión femenina con toque masculino de su noche anterior. Su feminismo no tiene filtros, ni pelos en la lengua y eso se lo agradeces.
Su soltería reafirma todas tus sospechas: ella es Samantha Jones (Sexo en Nueva York).
Doña No llevo los frenos puestos
Todas tenemos una amiga que no tiene mecha y se enciende en cero coma cero. El camarero todavía no ha terminado la frase y ella ya está sacando humo por las orejas con todas sus venas hinchadas en el cuello. Se enciende, a la mínima y con facilidad, pero es leal con todas aquellas personas que demuestran que valen la pena (obviamente tú estás entre sus favoritas).
Es tan excéntrica que a su lado Agatha Ruiz de la Prada deja de llamar la atención (ahí es nada) y sabes que te va a defender a capa y espada. Aunque el camarero siempre tenga razón...
Está claro, tu amiga es igual que Red (Orange is the new black).
El consejero infalible
Si algo no te queda bien no te preocupes, ahí está él para decírtelo sin ningún tipo de problema ni remordimientos. No hay titubeos en su voz, ni miradas al suelo, ni vacilaciones. Lo suyo es como arrancar una tirita antes de llegar a tres. No se anda con rodeos y eso, al final, te gusta y lo valoras. ¿Quién necesita un psicoanalista teniéndolo a él?
Es listo, carismático y no sabes qué harías sin él, aunque a veces no puedas fiarte al 100%. Y aunque muchas personas lo odien (normal, para qué nos vamos a mentir), lo cierto es que a ti te despierta una empatía que no se puede explicar con palabras.
Y aunque a veces (siempre) no entienda de moda y te critique sin cesar por ese modelito que llevas -obvio que es él quien tiene el problema-, sabes que no podrías vivir sin su presencia. Sí, definitivamente es igual a Tyrion Lannister (Juego de Tronos).
La que ve el lado positivo de las cosas (aunque no exista)
¿Alguien se casa? ¡Brindemos! ¿Tu amiga lo ha dejado con el novio? ¡Bebamos! ¿Te han dado la mejor noticia del año? ¡Bridemos! Siempre encuentras la manera de darle la vuelta a la tortilla y marcárte un cheeeeeeers con tus amigas para celebrar cualquier suceso.
Aunque no sea tan radical y frecuente, empiezas a pensar que si te quitasen los frenos saldría la Sue Ellen (Dallas) que hay en ti...
Son especiales, raros, distintos... Son tus amigos al fin y al cabo, los que has elegido por el camino. Pero y si el perfil televisivo fueras tú, ¿quién serías?
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