Hace poco contábamos una de esas propuestas más propias de una serie de ciencia ficción que de la realidad. En Japón, y ante la crisis demográfica galopante de la nación, un político conservador había propuesto una solución inclasificable: prohibir a las mujeres mayores de 25 años que se casen. Ahora ha llegado otra propuesta, en este caso mucho más real.
Guarderías gratuitas. Ante la crisis demográfica que enfrenta Japón debido a su baja tasa de natalidad, el gobierno de Tokio ha anunciado un ambicioso plan para hacer gratuitas las guarderías a todos los niños en edad preescolar.
La medida, liderada por la gobernadora Yuriko Koike, ampliará una política existente que beneficiaba únicamente a los segundos hijos y posteriores, extendiéndola también a los primogénitos. Con una población de 14 millones, Tokio se convierte así en la primera región del país en implementar una iniciativa de esta magnitud.
La urgencia de la crisis demográfica. La nación, con la segunda población más envejecida del mundo después de Mónaco, enfrenta un descenso sostenido en el número de nacimientos, lo que ha llevado a una disminución alarmante de su población. El fenómeno ha desencadenado una crisis económica y social, agravada por políticas de inmigración estrictas que limitan la llegada de trabajadores extranjeros, generando escasez de mano de obra y un impacto negativo en la productividad del país.
Durante el anuncio de la nueva política, Koike enfatizó la gravedad de la situación, afirmando que “no hay tiempo que perder” para abordar el problema. La gobernadora también señaló que la iniciativa busca transformar Tokio, una de las ciudades más grandes del mundo con 14 millones de habitantes, en un modelo nacional para incentivar la natalidad y crear un entorno más favorable para las familias. De hecho, es la primera vez que una región en Japón implementa una medida de esta magnitud, marcando un precedente en la lucha contra el declive poblacional.
Alivio para las familias. Qué duda cabe, la política de guarderías gratuitas tiene como objetivo reducir los costes asociados a la crianza, que han sido identificados como uno de los principales factores que desincentivan la formación de familias más grandes en Japón.
Además, la iniciativa se complementa con el plan anunciado previamente por Koike para introducir una semana laboral de cuatro días a empleados gubernamentales en Tokio, en línea con un esfuerzo nacional por mejorar el equilibrio entre la vida laboral y familiar, promoviendo un entorno más amigable para los padres.
Desafíos y oportunidades. Por último, la implementación de esta política no está exenta de desafíos. Koike, quien asumió su tercer mandato en 2023 con una agenda enfocada en el bienestar social, deberá enfrentar problemas como la inflación, la asignación de recursos para financiar estas iniciativas y la necesidad de expandir la infraestructura de guarderías en una ciudad densamente poblada.
Con todo, su enfoque proactivo refleja un compromiso por abordar uno de los problemas más apremiantes de Japón, reconociendo que el declive de la población no solo afecta a Tokio, sino a todo el país. Actualmente, las guarderías públicas en Japón están disponibles principalmente para padres que trabajan, pero el gobierno nacional también está explorando opciones para ampliar el acceso a todos los hogares.
En definitiva, la política de Tokio podría servir como modelo para otras regiones del país, inspirando iniciativas similares que respondan a las necesidades locales y a la magnitud del problema demográfico.
Imagen | U.S. Army
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