La llegada de la Inteligencia Artificial más accesible abre una serie de preguntas a las que más vale dar respuesta cuanto antes para evitar catástrofes en el futuro
La llegada de la Inteligencia Artificial a nuestras vidas, al menos de forma más accesible, plantea muchos retos. Teniendo en cuenta el contexto en el que estamos, hacerla inclusiva en todos los sentidos es muy importante para construir en el presente un futuro que no tengamos que lamentar.
Eso defiende la ingeniera, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto y coautora del juego de mesa Nobel Run, Lorena Fernández Álvarez, una feminista convencida. En ellas se encontraba cuando subió hace unas horas a su cuenta de X este pantallazo sobre las sugerencias de Google al autocompletar cuando se escriben las siguientes palabras "la mujer debe":
Como ella misma ha aclarado respondiendo a otro usuario de la red social de micro blogging, el navegador compone estas búsquedas a través de las consultas más comunes con el mismo inicio. Si estás logueado en tu cuenta eso también determinará los resultados, pero a mí, que estoy muy lejos de que me pique la curiosidad por estos términos, me ha salido exactamente lo mismo:
De un simple vistazo podemos ver la influencia en las búsquedas de la religión y esa relación propia del cisheteropatriarcado del complejo Virgen-puta (Madonna-Whore), que identificó, como no podía ser de otro modo, Sigmund Freud.
La religión como veleta moral en el siglo XXI
El Estado aconfesional y la financiación de la Iglesia en España
En la Constitución Española se refleja en el Artículo 16 que nuestro país se trata de un estado aconfesional, es decir, no hay ninguna confesión oficial a nivel estatal pero al no declararse el laicismo se infiere que no hay una separación completa entre Iglesia y Estado, lo que se traduce en que hay relaciones de cooperación entre ambas instituciones.
De acuerdo al portal de transparencia de la Conferencia Episcopal, las principales fuentes de financiación de la Iglesia en España son las siguientes:
- Aportaciones directas que realizan los fieles (donativos, suscripciones y otros).
- La colaboración de las administraciones públicas (en virtud del artículo 16 de la Constitución Española).
- La gestión de sus propios recursos (patrimonio, prestación de servicios, etc.).
Y cuántas cosas se podrían apostillar en este último punto: por ejemplo, cuando en 2022 admitieron que tenían un millar de inmuebles que no eran suyos.
Catolicismo y juventud: el poder de las redes sociales
Partiendo de esta base, es fácil ser consciente del poder que sigue teniendo la Iglesia en la sociedad. De hecho, en los últimos tiempos la fe ha tenido un vuelco en cuanto a los más jóvenes con proyectos como Effetá, un retiro católico rodeado de misterio y que los que lo han vivido dicen que cambia la vida por completo, el exitoso grupo Hakuna, con su hit Huracán, o el exitazo Si no estás, de Íñigo Quintero, que aún no tenemos claro si de verdad se trata de una canción sobre su relación con la fe o no.
Además, hay muchos influencers que hoy en día hablan de su relación con la religión de forma muy abierta en redes sociales, como sucede con los integrantes de la familia Pombo o la pareja formada por Tomás Páramo y María G. de Jaime.
Vivir la fe en 2024
Por supuesto, con esto no quiero decir que las personas mencionadas defiendan lo que exponen los términos que aparecen en las sugerencias de búsquedas, pero sí que el catolicismo sigue estando más presente de lo que en un inicio se podría imaginar. Eso sí, según los estudios del CIS, el número de católicos en España no deja de bajar y en 2022 estaba en un 55,4%.
En cualquier caso, este porcentaje supone más de la mitad de la población, sin olvidar que la religión, a pesar de ser una materia optativa, sigue estando en las escuelas y por contexto muchas veces es la única alternativa viable ante el alumnado.
Ni que decir tiene que hay muchas formas de vivir la fe en la actualidad y dentro de la Iglesia hay sectores más y menos conservadores, pero las bases siguen estando muy presentes, más aún hoy en día que tendemos a la polarización por el momento social e histórico que estamos atravesando.
En relación a todo esto, no cabe duda de que la doctrina católica sigue siendo una veleta moral que nos separa entre buenos y malos tomando como referencia sus valores, algo que afecta a cuestiones como el feminismo, el derecho al aborto, los matrimonios homosexuales o la autodeterminación de género.
La dualidad Virgen-puta
Como comentaba al inicio, además de la cuestión religiosa, íntima y lógicamente relacionada con esto también, una búsqueda que me ha llamado mucho la atención de los resultados que arroja Google es la que reza así "la mujer debe ser una dama en la calle", lo que además de recordarme a una canción de Becky G , también me ha remitido al término acuñado por Freud conocido como Virgen-puta.
Este concepto, tal y como aclaran en la web Todas Podemos, "se define como un complejo psicológico aplicado hacia los hombres, los cuales ven a las mujeres como unas santas o como unas prostitutas. Los hombres con este complejo suelen desear sexualmente a una pareja que ha sido “corrompida”, mientras que no siente ningún deseo sexual por una pareja “respetada” y “pura”. En resumen, algunos hombres sienten la incapacidad de sentir excitación en una relación amorosa".
Donde tales hombres aman, no tienen deseo y donde lo desean, no pueden amar. Sigmund Freud
Y yo aprendí esto durante mi adolescencia, pero no en las clases de filosofía de instituto, sino viendo Sexo en Nueva York en una de las escenas en las que Charlotte le presenta la misma cuestión al que fue su primer marido, el personaje de Trey MacDougal.
Y es que a pesar de que a lo largo del siglo XX, como ya comenté en el reportaje sobre cómo nos enamoramos los hombres y las mujeres, los cambios sociales trajeron consigo también la liberación de la mujer gracias a la aprobación del divorcio, la incorporación al mundo laboral de forma algo más justa, la búsqueda de la igualdad o el disfrute sexual, seguimos sometidas a determinados clichés como este complejo.
En el cristianismo, tal y como comentan en la web feminista Testigo Púrpura, esta representación queda encarnada por María y Eva, que son personajes totalmente antitéticos y representan la virtud y el pecado respectivamente.
En la sociedad es muy fácil identificar casos de este complejo gracias a frases muy empleadas por hombres, y algunas mujeres. De hecho, yo he tenido la suerte de escuchar estas cosas muchas veces y experimentarlas por mi forma de vestir o simplemente por la curiosidad casualidad de existir con y en mi cuerpo.
No se me olvida un día en la discoteca con mis amigas cuando se me acercó un chico queriendo algo y tras el rechazo me soltó un "sí, tú serás bastante santa con la ropa que llevas puesta". ¿Y qué decir de ese comentario de que hay mujeres para casarse y formar una familia y otras que solo son para follar?
Muchas de nosotras hemos caído en ello queriendo ser la mujer perfecta para determinados hombres, algo que queda reflejado en cosas tan actuales como algunas canciones de reguetón como comentaba antes. Ese Sin Pijama de Becky G y Natti Natasha que estamos cansadas de cantar y perrear con su "siempre he sido una dama, pero soy una perra en la cama", como si una cosa compensase la otra y no tuviéramos derecho simplemente a disfrutar nuestra sexualidad, o Fina, una canción del último disco de Bad Bunny en la que también participa Young Miko en cuyo estribillo dice eso de "si las más putas son las más finas".
Ahora que podemos, que estamos a tiempo, trabajemos por el cambio. Por mí y por todas mis compañeras.
Fotos | HBO y @loretahur vía X
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