Ser madre es una experiencia maravillosa, pero los niños están llenos de sorpresas y la imagen idílica de la maternidad que ves en los anuncios no tiene demasiado que ver con la dura realidad. Hay veces que ser madre es toda una aventura, y en otras ocasiones, ser madre se convierte en una auténtica película de terror. Menos mal que las madres nos lo tomamos con sentido del humor, pero estas situaciones ponen los pelos de punta a cualquiera.
Cuando suena un juguete por la noche
Está toda la casa en silencio, los niños dormidos, y de repente, suena un juguete ¿Cómo puede ser si yo juraría que lo apagué? Por si acaso, ni te atreves a comprobar si está encendido, que aún tengo pesadillas con el Muñeco Diabólico.
Cuando descubres que tu hijo tiene piojos
Tarde o temprano, tus hijos también pasarán por eso. Y créeme, en cuanto les ves uno, te empieza a picar todo. Y empieza tu psicosis antipiojil, haciéndoles el tratamiento una y otra vez, rapándoles el pelo, y rezando para que tu cabellera no esté también repleta de piojos.
El día que al bebé le rebosa la caca por la espalda
Los recién nacidos tiene la caca muy líquida, así que es normal que eso rebose por fuera del pañal, lo malo es cuando lo hace manchando el precioso conjunto de body con chaquetita que le bordó su abuela, el capazo de florecitas con el que le paseas cada día o que, meciendo en brazos a tu bebé, él haya manchado tu vestido nuevo. Horror.
Cuando vas a comer la última onza de chocolate y te pilla tu hijo
Tienes una tableta de chocolate guardada en la nevera "solo para emergencias" que procuras comer a escondidas para que sea solo para ti. Vas a comerte la última onza, y de repente tu hijo abre la puerta de la cocina y te dice "Mami, ¿me das chocolate?", y no hay nadie que pueda resistirse a la carita que te pone. Adiós chocolate.
El día que el colegio te pasa el recibo de los libros
Aún sospecho que mis hijos están trabajando con libros de la universidad a pesar de estar aún en Infantil. Sino no me explico la abultada factura que llega en septiembre. Así que conseguir los libros más baratos se convierte en una ginkana por la que pasan todos los padres durante el verano.
Cuando te unes al grupo de whatsapp del cole
Y cada te molestan cada día con unos 100 mensajes nuevos: que si Lucía ha perdido su juguete favorito y la madre busca a ver si aparece en otra mochila, que si hay un cumpleaños y hay que decidir entre todas dónde se celebra, que a ver qué había que llevar en la mochila para la excursión de mañana, que cómo hay que hacer la tarea extraescolar que han encargado a los niños... El silencio de un grupo por un año lo inventó alguien con hijos en preescolar, creedme.
Cuando el niño se pone a jugar con tus cosas
Porque el cajón de maquillaje de mamá es lo más interesante de toda la casa, el bolso de marca que te costó un pastón es el mejor sitio para guardar toda su colección de coches, animales o piedras recogidas del suelo, y el joyero está lleno de cosas de colorines que brillan. Para los niños las cosas de mamá tienen un poder de atracción imposible de resistir pero cuando les pillamos con las manos en la masa se nos para el corazón.
Cuando pierdes a tu niño entre la multitud
Estaba justo detrás de ti, pero la piscina o la playa está abarrotada y le has perdido de vista. En ese momento se te para el corazón hasta que le localizas. Si es que por muchos malos ratos que nos den, los buenos siempre compensan, y nuestros hijos son lo que más queremos del mundo.
Foto | Flickr Boss Tweed
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