Aunque las higueras son árboles que se asocian al verano, necesitan de cuidados el resto del año para que puedan crecer saludables y que su cosecha de higos sea abundante. Sobre todo, hay que hacer podas anuales y en el momento correcto. Te contamos cuándo es exactamente con ayuda de los expertos de 'Directo al paladar'.
Para poder asegurarnos de que podremos comer muchos higos (ya sea solos, acompañados con queso o hechos mermelada) durante los meses más calurosos del año, tenemos que saber cuál es el momento adecuado para podarlo y potenciar su crecimiento, pero sin hacerle daño.
El momento en que este árbol mediterráneo soporta mejor la poda es durante el periodo de inactividad. Es decir, una vez que sus hojas caducas han caído y, por lo tanto, hay dos momentos clave para podarlos:
El primero es al final del verano y el segundo al final del invierno o principios de la primavera, antes de que comience a crecer de nuevo. Esto se debe a que siguen en estado de letargo y se evita que las heladas puedan provocar daños en los cortes. Además, al podar justo antes de que la higuera comience a crecer de nuevo, podrá curar los cortes rápidamente.
Joydeep Sensarma
Eso sí, cada una de las podas anteriormente mencionadas tiene una finalidad distinta. Mientras que la que se hace al final del verano potencia que dé nuevos frutos al año siguiente, con la poda al final del invierno lo que conseguimos es dar forma al árbol.
Además, también se puede realizar una ligera poda en julio para fomentar el crecimiento de nuevos brotes y hacer que el sol llegue a los frutos en desarrollo. No obstante, hay que hacerla con mucho cuidado y cortes ligeros. Sin pasarnos. De lo contrario, el árbol perdería mucha sabia y se debilitaría, dejándolo vulnerable a posibles infecciones y plagas.
Foto de portada | Muverrihhanim
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