El libro de moda de esta semana no está exento de polémica: retratar con absoluta fiabilidad la personalidad, manera de trabajar y la relación personal de dos grandes creadores de moda como Karl Lagerfeld e Yves Saint Laurent sin caer en los estereotipos habituales del mundo de la moda. ¡Casi nada para un libro que retrata una decada frívola y pop de la moda!
Pongámonos en antecedentes: Yves y Karl se conocieron al principio de sus carreras, pero sus diferencias fueron notables desde el primer momento. En 1958, Saint Laurent triunfó con su primera colección en Dior. Poco después, Saint Laurent se encontró con Pierre Bergé, su mentor, pareja y verdadero artífice de su éxito comercial. En poco tiempo Yves creó la etiqueta que lleva su propio nombre, Saint Laurent. Lagerfeld, mientras tanto, reaccionó (la envidia es muy mala) declarando la alta costura muerta y se dedicó a trabajar como freelance de varias marcas de prêt-à-porter, hasta que en 1982 entró en Chanel, rescatando a la firma de la decadencia, y creando un modelo de director creativo que consigue con su ingenio levantar una casa moribunda, modelo seguido años después por Tom Ford o Nicolás Ghesquière.
A través de entrevistas con amigos y colaboradores de los diseñadores, la periodista de moda Alicia Drake ofrece reveladoras anécdotas. Con un gran séquito de coloridos personajes secundarios-de musas de la moda como Loulou de la Falaise a personajes de la alta sociedad como Talitha Getty, y celebrities como Mick Jagger y Andy Warhol, la historia se completa con multitud de fotos y referencias de desfiles y momentos míticos de acríticos de ambas carreras. Asimismo, la homosexualidad de ambos creadores de estilo es tratada de una manera directa y respetuosa, contextualizándola en esa época pop llena de excesos.
El libro fue publicado en 2006, provocando la ira de Lagerfeld contra la periodista, a la que demandó por invasión en su intimidad, pasando a denominarla públicamente “Drake-ula”. Personalmente creo que la vida privada de estos personajes en lo menos malo que cuenta el libro, el cual sube a los altares de la creación a Yves Saint Laurent (aunque lo retrata como a una persona insegura, irritable y egocéntrica) y hunde en la miseria copiona a Karl, del cual no es capaz de identificar ni una sola aportación nueva al mundo de la moda. A pesar de todo no llegó la sangre al río, y la polémica en estos casos, solo sirvió para alimentar aún más el mito.
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