La industria sigue peleando por conseguir que los relojes sean más precisos que nunca. Otra cosa es que sea realmente posible

Todos los relojes tienen un margen de error y se retrasan todos los días, pero Suiza no se rinde. Porque si la ciencia no puede, siempre queda el marketing

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María Yuste

Editor Senior
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María Yuste

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Teniendo en cuenta que vivimos en un mundo en el que unos llevan siempre el móvil en el bolsillo y otros el smartwatch en la muñeca, uno podría pensar que los relojes de pulsera de toda la vida están destinados a desaparecer. Sin embargo, estos últimos siguen siendo los preferidos de mucha gente. Ya sea por estatus, nostalgia o estética. Aunque puedan parecer simples instrumentos para medir horas y minutos, lo cierto es que son auténticas obras de ingeniería que funcionan gracias a la coreografía de unas piezas meticulosamente entrelazadas en una danza cronometrada.

No estás loca, tu reloj se atrasa solo y es normal

Aunque todos usamos relojes, no todos nos paramos a pensar lo extremadamente importante que es la precisión en la relojería. Al fin y al cabo, todas las personas dependemos de este objeto para saber la hora exacta. Sin embargo, no todos ofrecen la misma precisión y existen diferencias importantes, por ejemplo, entre los relojes de cuarzo y los relojes automáticos.

Hay que tener en cuenta que todos los relojes, absolutamente todos, tienen un margen de error. Solo los relojes atómicos se acercan a la perfección. El retraso en un reloj puede variar desde un segundo por día hasta varios minutos, dependiendo de la calidad de su mecanismo.

Básicamente, los relojes que no están conectados a internet dependen de un oscilador interno de cuarzo que funciona gracias a sus propiedades piezoeléctricas. Sin embargo, no son perfectos y pueden perder precisión, provocando un desajuste en la hora. Es un desajuste que puede producirse por desgaste, temperaturas extremas (tanto de frío como de calor).

reloj por dentro Garitzko

Lo normal es que los relojes más económicos tengan una precisión de alrededor de ±1 segundo por día, lo que puede traducirse en un minuto de diferencia cada dos meses. Mientras que los relojes de mayor calidad pueden perder solo unos 10 segundos por mes.

COSC: la RAE suiza del tiempo

Para conseguir esta precisión existen organizaciones independientes para probarlas y certificarlas. La más prestigiosa es el COSC (Contrôle Officiel Suisse des Chronomètres), con sede en Suiza y fundada en 1973. Desde entonces, se ha convertido en una de las instituciones más respetadas y reconocidas de la industria. Antes de su existencia, los fabricantes hacían afirmaciones sobre la precisión de sus relojes sin ningún tipo de prueba estandarizada.

Por lo tanto, esta organización se creó para unificar y establecer condiciones idénticas de observación para las marcas de relojes suizos y garantizar la calidad de su movimientos. Por tanto, sus laboratorios cumplen con un Manual de Calidad (según las normas ISO 17025 y 17065) y están bajo la supervisión del SAS (Swiss Accreditation Service). Hablando en Cristiano: por eso los relojes de este país centroeuropeo tienen fama de ser los mejores.

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Laboratoire de Précision: ¿mucho ruido y pocas nueces?

No obstante, al COSC le ha salido ahora un competidor con la marca Omega que, por cierto, es el Cronometrador Oficial de los Juegos Olímpicos desde 1932 y, por lo tanto, ha sido clave para establecer multitud de récords mundiales, así como para resolver disputas muy reñidas.

Esta empresa de manufactura de relojes suizos ha anunciado este año la creación del Laboratorio de Precisión para "poner fin a más de 50 años de historia en los que, prácticamente, cualquier reloj suizo no tenía más remedio que pasar por el COSC para conseguir el título de 'cronómetro oficialmente certificado'".

Sin embargo, este Laboratoire de Précision tendrá ahora el mismo rol tras haber sido autorizado por el  SAS como organización independiente que puede llevar a cabo este tipo de pruebas. Desde Omega anuncian que lo suyo es "dar un paso" adelante en lo que se venía haciendo hasta ahora y que tienen la capacidad con sus pruebas de ofrecer "un nuevo nivel de precisión excepcional".

Sin embargo, los expertos no lo tienen tan claro. En su Substack, Jack Forster (que lleva escribiendo profesionalmente sobre relojes más de veinte años) ha explicado que, cuando se mira la letra pequeña, ambos certificados se rigen por exactamente la misma norma.

Según ha detallado Omega, las pruebas que su laboratorio está acreditado a hacer se rigen por la norma ISO 3159 "Instrumentos de cronometraje: Cronómetros de pulsera con oscilador de resorte". Es decir, la misma norma por la que se rige el COSC y cualquier otro laboratorio que también la siga. Por lo tanto, según parece, de primeras no parece que ambos certificados tengan grandes puntos de diferenciación. En las propias palabras del experto:

"El resultado final de las pruebas del COSC y del Laboratoire de Précision es idéntico: un certificado de cronómetro que indica que el movimiento probado muestra una variación diaria promedio en la velocidad de no más de +6 o -4 segundos al día, con una variación media de no más de 2 segundos al día".

Donde sí encuentra Forster diferencias más contundentes es en los procedimientos de prueba. Aunque admite desconocer si, a efectos generales, esto puede traducirse en alguna diferencia para los consumidor. Además, no se puede obviar que en todo esto hay una dimensión de marketing y política con la que Omega busca diferenciarse de sus competidores.

Foto de portada | Lola Rose

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