Qué fue de Silke, la actriz española que nunca quiso ser famosa y es más feliz desde que se alejó del cine

Si ya tenías uso de razón en la década de 1990, puede que la recuerdes por sus papeles en Hola, ¿estás sola?, Tuno negro o por sus famosos anuncios de compresas. Y es que, hace mucho que no sabes (sabemos) de Silke, la joven que no esperó jamás convertirse en una estrella de cine en los noventa y que renunció a ello por voluntad propia.

Silke Hornillos Klein cumplirá este año 50 años. A pesar de su nombre, es madrileña e hija de un abogado y una traductora alemana. Vivió los primeros años de su vida como cualquier otra persona: fue al instituto y acabó sus estudios pero a los 18 años consiguió de casualidad un pequeño papel en una película de Manuel Iborra: Orquesta Club Virginia y su vida dio un giro de 180 grados.

Dejó los estudios, se fue a viajar por el mundo, montó un negocio de artesanía local y, como quien no quiere la cosa, de repente estaba protagonizando junto a Candela Peña la primera película de Icíar Bollaín (Hola, ¿estás sola?). En solo dos años pasó de ser una desconocida a estar nominada al Goya como mejor actriz revelación por Tierra.

Hola, ¿estás sola?

Lo suyo fue llegar y besar el santo. Se convirtió en la cara de la modernidad en el cine español y todo el mundo quería más de ella... Se metió en tres personajes distintos en seis meses, estrenó cuatro películas en dos años y aquello la desgastó emocionalmente. Como ella misma declaró en una entrevista con El País Semanal: "Mi familia me encontraba estresada, histérica, muy mal: estaba deprimida y despistada".

A pesar del éxito, a la madrileña no le gustaba que la mitificaran y quisieran convertirla en un icono. Así que su carrera duraría solo cinco años. La calidad de las películas en las que aparecía fue decreciendo y, lejos de preocuparse, Silke se sintió aliviada. En 2007 se despidió de la pantalla con La hora fría, que pasó sin pena ni gloria por la cartelera.

En 2016, El País la localizó en Ibiza, vendiendo sus piezas de joyería artesanas en Las Dalias (el mercado más famoso de la ciudad). Apartada de las cámaras y apareciendo solo en un par de producciones muy pequeñas y muy específicas, sin fecha de estreno ni ningún tipo de distribución: Bluu, los últimos días de Ibiza y 4 altares, una cinta peruana que se quedó a medias por la pandemia y cuyo rodaje se retomó en 2021.

Cuando le preguntan por el torbellino de aquellas películas, confiesa que "se llevaron mi inocencia". SIn embargo, en la actualidad le va muy bien con su marca: Silke K Horn. Además, en lo personal está casada y tiene un hijo. Un claro ejemplo de que hay vida más allá de la glorificación de la fama.

Foto de portada | Tierra

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