Me encanta probar cosas nuevas e, incluso a veces, sé que soy muy osada, pero aún así, siempre tengo la necesidad de probar las cosas en mi propia piel (nunca mejor dicho) para poder trasladaros lo mejor posible qué podemos esperar de cada producto. Así, hoy os voy a hablar de un gran descubrimiento que he incluido en mi rutina de noche durante el último mes y con el que, por fin, me he lanzado al mundo del retinol. Os hablo del RetinOil de Sarah Becquer que es amor del bueno "embotellado".
Supongo que a estas alturas todas sabemos más o menos qué es el retinol, pero aún así, os daremos una pinceladas. Y es que se trata de uno de los activo antiedad por excelencia y que más de moda están ya que ayudan a mejorar la piel de forma significativa en lo que a arrugas, manchas, uniformidad, luminosidad, firmeza... y mucho más se refiere.
Su uso se recomienda por la noche porque puede provocar fotosensibilidad y, es necesario, en todo caso usar protector solar al día siguiente. Eso sí, uno de los mayores inconvenientes que tiene el retinol es que no todas las pieles lo toleran y, muchas, necesitan ir poco a poco introduciéndolo en la rutina,
Por lo tanto, el retinol es un ingrediente "cuasi mágico" pero que es apto para todas. Hay que ser realistas. Por ello, cuando llegó a mis manos este aceite de Sarah Becquer la cosa prometía mucho, ya que al ser en aceite y estar reforzado con ceramidas y antioxidantes, nos informaron, que no provoca efectos secundarios ni irritaciones. Vamos, que hasta las pieles sensibles, como la mía, podían usarlo, así que no hubo lugar a dudas y lo introduje en mi rutina diaria.
Así, con el rostro seco, se aplican en las palmas de las manos 3-4 gotas no más (no a más cantidad hace más efecto, sino al contrario, tenedlo en cuenta), se calienta el producto y se aplica en el rostro a pulsaciones, es decir, posando las palmas suavemente sobre la piel y dejando que se nutra intensamente. A continuación esperamos unos minutos a que la piel se nutra para terminar con nuestra crema de noche.
Y metiéndonos en lo que podemos encontrar en este aceite de tacto seco, es que entre sus principios activos encontramos dos fuentes de retinol. Así, por un lado, tenemos el retinol de síntesis de alta tolerancia cutánea que es una molécula única, cuya acción antiedad sobre la piel es, según nos dicen de sde la macar, equivalente, en potencia, a otros retinoides (al 0,5 %) pero sin su inestabilidad y sin provocar irritación alguna en la piel. Y, por otro lado, contiene aceite de Kahai, un retinol natural, que se obtiene de las nueces de un árbol de La Amazonia y es 100% natural, siendo rico en vitamina E que le proporciona mayor estabilidad al retinol, aportando a la piel propiedades hidratantes, regeneradoras y contiene oligoelementos.
Pero además, contiene un complejo de ceramidas que reparan la función barrera de la piel, evita la pérdida de agua transepidérmica e hidrata la piel. Además también contiene aceite de jojoba, antioxidantes como la vitamina C y dos formas de vitamina E que al añadirse a la fórmula, le proporcionan a la piel doble defensa para combatir el daño de los radicales libres, prevenir el envejecimiento prematuro y las manchas.
Por último, señalar que contiene también extracto de granada, Aceite de Marula, que contiene un 60% más de antioxidantes naturales que otros aceites vegetales más conocidos, además de extracto de manzanilla, con reconocidas propiedades calmantes y antiinflamatorias.
Todo esto se ha traducido en una mejora significativa de mi piel en solo un mes que lo he usado religiosamente cada noche. Para empezar no es nada graso, porque se absorbe enseguida y no deja residuo, así que las pieles grasas también pueden usarlo. Además, el hecho de que sea en formato aceite hace que las pieles lo toleren mejor, así que lo tiene todo.
El resultado es que mi piel se ve mucho mejor día a día porque no solo mejora la textura, haciendo que se vea y se sienta mucho más suave, me ha disminuido pequeñas manchitas que seguía arrastrando desde el verano, además de aportar muchísima luz, haciendo que las arruguitas menos marcadas se difuminen. La piel se siente más firme, más hidratada, más uniforme, más bonita en general, ha ganado bastante calidad.
Sí, os confieso que tenía mis reticencias al uso de los retinoides, pero después de usar este Retinoil (que voy a usar hasta que tenga escurrirlo, os lo aseguro), seguiré apostando por este compuesto que, realmente, sí que marca la diferencia en el cuidado de la piel, siendo quizá de los que más he notado.
Por último, decir que, además de lo maravilloso que es este aceite, lo es también por fuera. Y es que el packaging los productos de Sarah Becquer son una auténtica delicia: unos botes de cristal blanco opaco, con pump en dorado y letras también doradas que es ideal tenerlos en el tocador.
Este año he descubierto esta marca española que lleva el nombre de la abuela de su fundadora Mar Sieira y, desde luego, ha sido uno de mis grandes descubrimientos.
El precio de Retinoil es de 105 euros y lo podemos encontrar en su página web y en farmacias como la de Marta Masi.
El producto fue facilitado para la prueba por Sarah Becquer. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.
Fotos | @sarahbecquerskincare
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