Antes de que la pandemia asolara nuestras vidas, yo me encargué de poner la mía patas arriba. A finales de noviembre de 2019 dejé mi trabajo y ese fue el comienzo de una etapa cuya mejor comparación es la del recorrido de una montaña rusa, algo que se ha traducido en el estado de mi piel, desembocado en la vuelta, como nunca, del acné a mi cara con casi 30 años.
Eso sí, hay dos productos de maquillaje que mi dermatólogo que me recomendó para lidiar con ello y que me han salvado bastante la vida y la autoestima en los momentos más complicados: la base de maquillaje con acabado mate Couverance de Avène y el corrector de imperfecciones de Mavala.
El acné y yo, una relación totalmente inesperada
Siempre digo que tuve una adolescencia bastante tranquila: mi prioridad era pasarlo bien y sacar buenas notas en el instituto. Tuve la suerte de no sufrir bullying y nunca me dejé influenciar demasiado por nadie ni por nada, lo que me llevó a evitar beber alcohol antes de tiempo, algo que ahora sigo sin hacer, fumar u otras cosas de ese tipo.
En cuanto al físico, siempre ha sido algo con lo que me he encontrado a gusto y no he tenido apenas complejos. Y no, ni siquiera el acné hacía peligrar mi estabilidad emocional entonces, ya que solo aparecía de forma esporádica en mi frente cuando me iba a poner mala con la regla. Además, llevaba flequillo. Blanco y en botella.
Sin embargo, en septiembre de 2021 decidí dejar de tomas las pastillas anticonceptivas que llevaba tomando desde hacía unos siete u ocho años, lo que trastocó todo lo necesario para que toda la grasa de todas las freidurías de Sevilla fuese a parar a mi cara. Y a mi pelo. Y a mi cuerpo. Y de hecho, ya hablamos hace un tiempo de la influencia de este medicamento en relación al acné.
El desbarajuste hormonal fue tal que empecé a tener brotes de acné, unos detrás de otro, en la cara y en el cuerpo. Además, como decía, empecé a dilapidar una fortuna familiar en champú, porque con la melena sucedió más de lo mismo.
Estuve bastantes meses esperando a ver si el cuerpo iba regulándose por sí solo y volvía a mi normalidad, pero tras más de un año sin cambios, y tras haberme planteado ir maquillada incluso al gimnasio, decidí consultar con un dermatólogo.
Limpieza, hidratación y protección
Por supuesto, antes de ir al especialista yo me había zampado todos los vídeos habidos y por haber sobre cuidados de la piel y rutinas de belleza, pero claro, no me había atrevido a probar nada debido a mi inexperiencia y desconocimiento, ¡solo me fío de profesionales!
El dermatólogo decidió recetarme un medicamento para comenzar un tratamiento y eliminar el acné en la medida de lo posible de forma radical, ya que además mi ginecóloga me había comentado justo unos días antes que tenía síntomas de tener ovarios poliquísticos, así que todo mi organismo estaba aportado su granito de arena para cimentar bien todo.
Sin embargo, aparte de eso me recomendó lo siguiente después de que yo le preguntase si de verdad era necesaria una rutina de skin care de 10 pasos para una persona de, entonces, 28 años. Su respuesta fue que no, que lo básico y fundamental que todas deberíamos hacer es usar un buen limpiador facial, en mi caso dos veces al día, una buena crema hidratante y siempre, siempre, algo que nunca me falta desde que era niña gracias a mi madre, protección solar.
Debido al estado de mi piel, su recomendación fue el Gel Limpiador Sensibio de Bioderma, la crema hidratante Cleanance Hydra de Avène y una protección solar que no aportase mucha más grasa a la piel. Yo utilizo la crema fluida Anthelios de La Roche-Posay de factor 50.
Gel limpiador Sensibio de Bioderma disponible en Atida por 12,95 euros.
Crema hidratante y calmante Cleanance Hydra de Avène disponible por 12,09 euros en PromoFarma.
Protección solar fluida Anthelios de La Roche-Posay disponible en Primor por 17,39 euros.
Anthelios UV Mune 400 Fluido Invisible con Color SPF50+
El maquillaje perfecto para cada tipo de piel
Ni que decir tiene que estas fueron las recomendaciones personalizadas que hizo mi dermatólogo para mí y que lo idóneo sería que consultaras con uno para ver qué encaja mejor con tu situación, pero sin duda estoy en posición de decir que a mí me han surtido efecto para conseguir mantener el acné más o menos a raya. Y en cuanto al cuidado de la piel, siempre que por vicisitudes de la vida me he saltado algún paso, lo he notado.
Como decía al inicio, su recomendación de maquillaje fue la base en crema compacta de Avène, Couverance. A pesar de que en un principio su acabado es mate, yo no siento para nada que a mí me quede como tal, entiendo que debido a mi tipo de piel. Y además, cubre bastante y no deja aspecto acartonado ni poco natural. Eso sí, para que funcione así tienes que tener presente que la piel ha de estar bien hidratada, de otro modo se harán parches con el paso de las horas e incluso durante la aplicación del producto.
Base de maquillaje en crema en formato compacto de Avène Couverance disponible por 17,21 euros en Primor.
Avène Couvrance Crema Compacta Enriquecida
Por otra parte, el correcto de Mavala además de cubrir tiene una textura ligera y no aporta nada de grasa a la zona de la ojera, donde de forma natural hay bastantes pliegues que se acentúan en ciertas pieles con determinados productos o el mal uso de estos.
Corrector resistente al agua de Mavala disponible en El Corte Inglés por 22,25 euros.
Corrector de ojos Concealer Mavala
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Fotos | Pixabay, Atida, PromoFarma, Primor et al. y El Corte Inglés
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