La piel grasa se identifica por ser gruesa y amarillenta, presenta poros muy dilatados, acné, brillos, puntos negros y pústulas. Las secreciones sebáceas son muy abundantes, tanto que "asfixian" a los poros. Es la más común en la época de la adolescencia.
El sudor es uno de los enemigos principales de esta piel ya que provoca más grasa. Suelen resistir muy bien los cambios climáticos. Debido a la gran cantidad de sebo que tiene la piel, ésta se mantiene flexible ayudandola a envejecer tardíamente.
Para que algunos de los signos visibles no se vuelvan más severos, este tipo de piel necesita de unos cuidados básicos por la mañana y por la noche.
- El Limpiador: usar una limpiadora con textura en gel para no aportar más grasa a la piel.
- El tónico: debe ser astringente para absorber la grasa, matificar, secar los granitos y cerrar los poros. Una de las cualidades que tiene el tónico, actúa quitando pieles muertas pero en menor medida que la exfoliante.
- La hidratante: Es recomendable una textura fluida y libre de aceite para aportar a la piel el agua que necesita y sin engrasarla.
Basta un día con la piel sin limpiar para que aparezcan los brillos, los granitos, los puntos negros,...