Las sombras de la boda real del príncipe Guillermo. Los looks más desafortunados

El paseíllo más esperado por público e invitados, la alfombra roja de la boda real del príncipe Guillermo ya ha tenido lugar y en ella, como es habitual, ha habido estrellas y estrelladas. Ya podemos hablaros de quienes no han logrado lucir como seguro deseaban y que ello ocurra cuando medio mundo te está mirando y el otro medio analizando, puede ser una hecatombe de consecuencias catastróficas.

Entre las elegidas, desde madre ya “reales” hasta esposas gubernamentales. Los motivos varían, desde haber elegido un modelo, complemento, color que ni nuestro más aguerrido enemigo nos habría aconsejado, hasta estar guapa pero no apropiada para la ocasión.

Comenzamos por las princesas Eugenia y Beatriz de Westwood y Valentino. Sus tocados de lo más originales, de Philip Treacy, pueden enamorar u horrorizar, pero no dejan indiferente a nadie. Como tampoco ha dejado indiferente el look azul klein de Vivienne Westwood de la princesa Eugenia, con un cuerpo estampado y falda evaseé no demasiado favorecedora para figuras curvilíneas y mujeres jóvenes. Ideal, sin embargo, Beatriz con su Valentino nude.

Continuamos, desafortunadamente, con quien de momento es la ganadora por goleada en este especial combate de las “menos elegantes”. Y desafortunadamente decimos ya que se trata de una invitada española, concretamente Miriam González, esposa del viceministro inglés. Inapropiado el vestido, el corte y los complementos…

Y en este especial repaso de las menos afortunadas en sus elecciones, una mujer cuyo peinado y ausencia de tocado bien podrían lucirse cualquier día de cualquier mes, no en una boda de rancio abolengo. Hablamos de Samantha Cameron, mujer del primer ministro del Reino Unido cuyo look sin embargo aún supera con creces el de Miriam González como comentara mi compañero Montag.

Un look que sin duda conlleva cierta controversia, especialmente entre los puristas y amantes del protocolo, por que lo que es a nosotros nos ha encantado. Hermosísima como apunta mi compañero Montag, con una silueta cual bella sirena, apareció Pippa Middleton, hermana de la novia. La cuestión a debatir no tiene que ver con su corte y porte, espectacular, sino su color: ¿es adecuado un blanco impoluto en una invitada-madrina de novia? Cosa distinta es la elección, que aplaudo a rabiar de nuevo, de Sarah Burton y por ende, el gran Alexander McQueen.

Demasiado sencilla, poco peinada. Hablamos de la madre de la novia y su look, que bien podría extrapolarse a cualquier boda de cualquier lugar y cualquier pareja.

Una opinión totalmente personal la que se refiere a Victoria de Suecia: no le favorece el color, el corte, los drapeados. No me ha entusiasmado su vestido mirándolo por delante…